El alcohol es una droga social cuyo consumo no está mal visto, pero aumentan las personas que tienen verdaderos problemas de dependencia.
La Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Valladolid ya ha registrado 75 casos nuevos en lo que va de año, frente a los 73 de todo 2007. «Habrá más, porque diciembre es un mes en el que suben las consultas.
El enfermo está más con la familia y recibe más presión para dejarlo», asegura la psicóloga de esta organización, Mari Paz. En total, se prevé que el incremento sea entre el 5 y el 6% a final de año.
Las edades de los enfermos alcohólicos -así se les denomina- atendidos en la asociación oscila entre los 22 y los 70 años, aunque la mayoría se encuentran entre los 31 y los 40 años. «Hay menores, pero, afortunadamente, son una minoría», recalcan.
Lo que también está claro es que la mayoría de los que tienen problemas con la bebida son hombres, en un 84% de los casos. «Es una tendencia que está cambiando, aunque lentamente.
A la mujer le cuesta mucho más pedir ayuda y están solas, lo que dificulta su curación», añadió la psicóloga, quien reconoció que sólo son mujeres un 16% de los casos.
Sea del sexo que sea, lo que está claro es que todos tardan en reconocer su dependencia.
El 27,8% de los que acudieron a la asociación llevaban más de 20 años con problemas con el alcohol y sólo un 7% se lanzaron a atajar la realidad con menos de un año de descontrol en el consumo.
«Lo que hay que tener claro es que un alcohólico no tiene que ser una persona que necesite beber todos los días, sino alguien que no tiene control sobre lo que bebe cuando lo hace», destacó la psicóloga, quien añadió que «suelen tener bastante tolerancia a la bebida de forma general».
El botellón, mal para el cuerpo
Aunque cuando empezó a extenderse el botellón las asociaciones que trabajan con alcohólicos pensaban que iban a aumentar los casos, la realidad es que no ha sido así. A pesar de todo, lo que sí está claro es que este tipo de consumo provocará peores efectos en el organismo porque se consume mucha cantidad en muy poco tiempo.
«La mayoría de los que acuden al botellón son jóvenes y su consumo es experimental, aunque habrá algunos que no lo controlen, no serán una mayoría», recalcan desde la asociación.
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