No se trata -pero alguna semejanza sí tiene- del conocido caso del profesor Neira. El joven hostelero palentino Rafael Vélez Terán, de 26 años, afortunadamente no está hospitalizado como Neira. Vélez sólo sufrió cortes leves y la dislocación de un dedo después de que hace una semana -con ayuda de Pedro, un cliente que también se jugó el tipo- lograse arrebatar un cuchillo de 13 centímetros de hoja a un hombre de 44 años que entró persiguiendo a su mujer en la cervecería Sector 8 de la capital palentina, con la evidente intención de agredirla y quién sabe si de acabar con su vida.

"No piensas en que pueda peligrar tu integridad física, sólo en resolver un situación inesperada donde te mueve tu forma de ser", señala quien en su entorno familiar y personal destaca por su vitalidad y sentido del humor.

Además del reconocimiento de numerosos colectivos sociales, ha recibido la felicitación del subdelegado del Gobierno en Palencia, Raúl Ruiz, del delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, y del consejero de Familia, el palentino César Antón, "lo que siempre es un motivo de orgullo porque te ponen como un ejemplo de civismo", apunta. También le han pedido que lea un manifiesto el Día Internacional contra la Violencia de Género.

Le gusta implicarse socialmente fútbol y las motos., acaba de promover junto a otras personas, la creación de una asociación vecinal, "y hacer cosas", además de recordar que ama el Ese afán por "salir adelante" le llevó a regentar desde primeros de año, junto a su hermano Diego y con ayuda de sus padres -que también se dedican a la hostelería- el único establecimiento situado en un nuevo entorno residencial rodeado de 900 viviendas, justo en frente del nuevo estadio de fútbol ‘La Balastera'.

Zona tranquila

La zona, muy tranquila y todavía poco habitada -fundamentalmente por gente joven que ha respaldado y valorado la valentía de Vélez- se vio perturbada inesperadamente en una tarde de fútbol dominical. "Nadie esperaba que podía llegar a cometerse un homicidio, que para bien sólo se quedó en un intento, y menos en un lugar público", afirma el joven dueño de un bar en pleno auge y punto de encuentro de cientos de aficionados del CF Palencia, el equipo de sus amores junto al Atlético de Madrid.

El presunto agresor que persiguió a su mujer con un cuchillo había consumido una hora antes dos cervezas y un paquete de pipas. "Mi novia Jessi le atendió y no nos había parecido ninguna cara conocida", afirma Rafael. Asimismo, sostiene con vehemencia que no se siente un "héroe".

Nadie notó el menor atisbo de irascibilidad en el protagonista negativo del suceso. Como si tuviera una idea fija en la mente, buscó por el barrio a su mujer que se había mudado allí tres días antes. La casualidad quiso que se topara con ella en la calle, cerca de la cervecería 'Sector 8', donde descalza y despavorida entró pidiendo auxilio.

"Decía que su marido la iba a matar y él surgió detrás de inmediato repitiendo la frase", concreta el joven palentino, que "volvería a hacer lo mismo si se diera la ocasión".

Con la ayuda de un amigo

"Me aproveché de la altura de mi amigo que mide más de dos metros", dice restando importancia al arrojo que ambos mostraron ante la mirada de una clientela atónita.

"No todas las personas sintieron ganas de ayudar, lo que es comprensible, pero algunas siguieron tomando su consumición como si nada hubiera ocurrido", critica quien considera que hay que ser frío y actuar siempre que se pueda evitar una desgracia.

Varios clientes y un guardia civil fuera de servicio hicieron el resto custodiando hasta la llegada de la Policía Local a un presunto maltratador de 44 años sobre el que pesan varias denuncias de su mujer tras pedirle ésta la separación.

También cuenta con una orden de alejamiento que quebrantó el día del suceso después de salir de prisión en septiembre por un delito distinto al que pretendía cometer. A la cárcel volvió el martes de forma preventiva por orden de la juez que instruye el caso, acusado de tentativa de homicidio.

Me paran muchos conocidos y gente anónima por la calle, con buena intención, pero la verdad es que uno acaba un poco saturado. Mi hermano y yo tenemos un negocio que atender y la vida sigue", subraya.

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