El Papa rechaza ante un millón de jóvenes la religión como "producto de consumo"

El Papa dijo hoy ante un millón de jóvenes que en el mundo actual hay un fuerte sentimiento de frustración y convive "un extraño olvido de Dios junto a un boom de lo religioso" y advirtió que "si se exagera demasiado, la religión se convierte en un producto de consumo".
Una vista aérea del público en Colonia (Reuters)
Una vista aérea del público en Colonia (Reuters)
Reuters
Una vista aérea del público en Colonia (Reuters)

"En numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Parece que toda marcha sin él. Pero al mismo tiempo existe un sentimiento de frustración, de insatisfacción de todo y de todos. Dan ganas de exclamar: `No es posible que la vida sea así!" afirmó Benedicto XVI en la multitudinaria misa celebrada en la explanada de Marienfeld, a 27 kilómetros de Colonia.

Al término de esa ceremonia, con la que concluyó la XX Jornada Mundial de la Juventud, Benedicto XVI anunció que Sidney, en Australia, será la sede de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará en el año 2008.

Con anterioridad, y durante la misa, el Obispo de Roma advirtió que junto al olvido de Dios "existe como un boom de lo religioso" Joseph Ratzinger manifestó que no quiere desacreditar todo lo que se sitúa en el contexto del boom religioso, pero advirtió "que exagerando demasiado, la religión se convierte casi en un producto de consumo".

"Se escoge aquello que place y algunos saben sacarle también provecho. Pero la religión buscada a la medida de cada uno a la postre no nos ayuda. Es cómoda, pero en el momento de crisis nos abandona a nuestra suerte", subrayó el Papa.

El Obispo de Roma animó a los fieles a ayudar a los hombres a descubrir la verdadera estrella que lleva a Jesucristo y a conocer la fe de la Iglesia.

A este respecto destacó que Juan Pablo II ha dejado a los católicos una gran obra, el Catecismo de la Iglesia Católica, y que él ha presentado recientemente el Compedio de ese catecismo, "dos libros fundamentales que os recomiendo".

Este año la Iglesia celebra el Año de la Eucaristía y el Papa animó a los fieles a acudir a la misa dominical. Benedicto XVI dijo que este sacramento tiene que ser el centro de la vida de los hombres y que no se trata de "positivismo y ansias de poder" cuando la Iglesia dice que la Eucaristía es parte del domingo, el primer día de la semana, y resalte la importancia de este día.

Sobre el fin de semana

El Pontífice agregó que bonito ver como en muchas sociedades el domingo es un día libre y que junto con el sábado constituya el denominado "fin de semana libre", pero que ese tiempo libre permanece vacío si en él no está Dios.

"Queridos amigos, a veces, en principio, puede resultar incómodo tener que programar en el domingo también la Misa. No os dejéis persuadir de participar en la Eucaristía dominical. Descubramos la íntima riqueza de la liturgia de la Iglesia y su verdadera grandeza: no somos nosotros los que hacemos la fiesta para nosotros, sino que es Dios el que prepara una fiesta para nosotros", manifestó el Papa.

Benedicto XVI se refirió también a los movimientos y comunidades cristianas, afirmando que la espontaneidad de las nuevas comunidades es importante, pero que también muy importante conservar la comunión con el Papa y con los obispos, "ya que son ellos los que garantizan que no se está buscando senderos particulares, sino que se vive en una gran familia".

El Papa pidió a los jóvenes que sean sensibles hacia las necesidades de los demás, que ejerzan el voluntariado, del que la sociedad tiene tanta necesidad.

"No debemos abandonar, por ejemplo, a los ancianos en su soledad, no debemos pasar de largo ante los que sufren. Es mucho más bello ser útiles y estar a disposición de los demás que preocuparse sólo de las comunidades que se nos ofrecen. Yo sé que vosotros como jóvenes aspiráis a cosas grandes, que queréis comprometeros por un mundo mejor. Demostrárselo a los hombres y al mundo", concluyó el Pontífice.

Frío, niebla y espontáneos

La misa se celebró en una mañana fría y desapacible, con niebla. Pero ello no impidió que los jóvenes acogieran al Papa con grandes aplausos y vivas, en la misma línea que con Juan Pablo II.

Después se despidió de los jóvenes en nueve idiomas, entre ellos español, en el que dijo: "Queridos jóvenes, habéis venido para adorar a Cristo, ahora que lo habéis encontrado continuad a adorarlo en vuestro corazón".

Al final de la ceremonia, los servicios de seguridad placaron a un joven, vestido con una chaquetilla de "voluntario", que corría desbocadamente hacia el Papa.

La misa fue el último acto multitudinario de Ratzinger en Colonia. Antes de regresar esta noche a Roma, el Papa se reunirá con los obispos alemanes y será despedido por las autoridades de la tierra en la que nació hace 78 años. Este ha sido el primer viaje de Benedicto XVI por el mundo tras ser elegido Papa el pasado 19 de abril.

2.800.000 hostias

Los números de esta multitudinaria cumbre católica son los siguientes:

- Un millón los jóvenes presentes. - 193 los países de donde provienen. - 101.174 italianos, el mayor número tras el país organizador. - 50.000 españoles. - 27.000 los voluntarios movilizados para acoger a los jóvenes en Colonia, provenientes de 120 naciones. - 100 millones de euros, lo que ha costado la organización de la Jornada Mundial de la Juventud. - 9.800 sacerdotes los que han participado. - 880 obispos presentes - 60 cardenales asistentes. - 12 los discursos pronunciados por Benedicto XVI. - 7.000 los periodistas acreditados. - casi 4.000 medios de comunicación presentes. - 9.000 los policías que garantizaron el orden. - 6.000 bomberos - 500.000 botellas de agua repartidas en las mochilas del peregrino. - entre 40 y 169 euros el coste de la inscripción y el alojamiento y comidas.- 200 los chinos católicos presentes. - 248 las catequesis impartidas - 500 los sacerdotes confesores. - 2.800.000 hostias repartidas durante las misas de estas jornadas. - 160 litros de vino usados en las misas celebradas. - 3.000 los sacerdotes que repartieron la comunión en la misa con la que concluyó la XX Jornada Mundial de la Juventud. - 30 médicos movilizados en la explanada de Marienfeld. - 1.200 autobuses usados para trasladar a los jóvenes a los distintos lugares de las jornadas. - 30.000 familias acogieron a peregrinos.

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