Mª Ángeles Zapico tiene 20 años y un niño pequeño. Ya tenía experiencia como cajera y dependienta y ha trabajado muchos años de limpiadora para «ir tirando». Miriam Serrano, de 18, dejó el colegio con 13 años para trabajar en el mercadillo de ropa con su familia. Otras no trabajan porque tienen ya hijos que cuidar.

20 minutos ha podido conocer las 13 historias de jóvenes mujeres de etnia gitana que buscan un futuro mejor. Por eso, decidieron apuntarse al curso intensivo de Dependienta de Comercio que viene impartiendo desde hace 5 años la Fundación Secretariado Gitano , dentro del programa de empleo Acceder. El curso, teórico y práctico, les ha permitido tantear otro tipo de clientes y tener más responsabilidades.

Las trece chicas, de 17 a 30 años, han trabajado en tiendas como El Corte Inglés, Zara, Berskha o Mango. «Con el curso intentamos que obtengan una mejor cualificación para incorporarse al mercado laboral, que se desarrollen a nivel personal a través del empleo. Son mujeres gitanas que se están ‘currando’ su futuro», explica Nieves Herrera, la responsable de empleo de Acceder.

Un 45%, contratadas

La monitora, María Bella, destaca que lo básico en el curso ha sido «enseñarles habilidades sociales, a comportarse, a tratar una queja...». Ayer celebraron con ella la clausura del curso y se llevaron a casa el diploma acreditativo. El trabajo no les tardará en llegar porque el curso tiene una alta tasa de empleo: «Una media del 45% de alumnas son contratadas en un plazo de seis meses», añade Nieves.

Las protagonistas

Zoraida Martín. 18 años. «Estudio Bachillerato pero también quiero trabajar. Toda la vida he trabajado en el mercadillo con mis padres y ésta ha sido una oportunidad clave. Te enseñan a tratar con otro tipo de clientes, tienes que tener más respeto».

Verónica Román. 19 años. «Todo granito de arena que sea bueno para nuestro pueblo, como ha sido este curso, está muy bien. Me gustaría que tuviera más difusión para que pudieran formarse más chicas. En las prácticas no hemos sentido ningún rechazo».

Tamara Heredia. 19 años. «Yo toda la vida he sido vendedora ambulante con mi familia. En el mercadillo eres como más libre pero en la tienda tienes más responsabilidad y te supervisan. Pero ha sido una experiencia muy buena. Me gustaría dedicarme a esto».