Christina Rosenvinge: «Quiero reivindicar una forma femenina de hacer música»

Christina Rosenvinge
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Traiciones, recuerdos dolorosos y algunas dosis de humor son los ingredientes de Tu labio superior, el último trabajo de Christina Rosenvinge y, probablemente, su disco más accesible. Cantado íntegramente en castellano, en él colaboran Steve Shelley (Sonic Youth), Chris Brokaw (Come) y Nacho Vegas. La artista estará presentando su nuevo álbum esta semana en Valladolid (sala Borja, día 21), Madrid (Neu! Club, día 22) y Barcelona (sala Apolo, día 23).

En el disco documentas una ruptura, pero también le das toques de humor e incluso de optimismo.

Eso es una posición vital para mí, me alegro de que lo veas así porque no todo el mundo lo ha visto tan claro. Evidentemente, sufrí un divorcio, y las canciones más negras que escribí y que tocaban directamente el tema ni siquiera las he grabado, porque eran canciones que no tenían luz. Al final decidí saltármelas y pasar directamente a las canciones que estaba escribiendo después, que eran más vitalistas. En ese sentido, hay varias historias cruzadas, no es que todas las canciones sean biográficas: hay algunas que tratan el tema sesgadamente.

Es la primera vez que grabas un disco en solitario íntegramente en español. ¿Te resultaba más fácil o te lo pedían las canciones?

No sé qué fue primero, la verdad. Es cierto que toda la época que pasé en Nueva York me resultaba más natural cantar en inglés porque los discos se editaban allí y se dirigían a un público anglosajón. El primero, de hecho, no se publicó aquí hasta seis años más tarde. Así que al final se trata de una cuestión de responder a lo que tienes alrededor. Al volver aquí, me resultaba artificial escribir todo en inglés, porque depende mucho del público que lo va a escuchar. También es verdad que a veces el idioma se emplea como una forma de no pensar en las letras, pero las canciones que yo escribía en inglés también tenían mucho trasfondo, aunque a lo mejor no domino el inglés tan bien como el español y no era capaz de ser irónica, por ejemplo.

Para el primer single has grabado tres videoclips diferentes: Kiss, Gallery y Fence. ¿Piensas hacerlo con todas las canciones del disco?

No, salió así, pero fue muy divertido. La idea fue de Luis Cerveró. Es un realizador catalán que tiene mucha personalidad y que lo que hace es darte la visión que tiene de ti, y es muy divertido. En Gallery, por ejemplo, se da una visión muy irónica del mundo del arte. Y el de Fence, que es el que más me gusta, en realidad surgió como un accidente, porque me dijo Luis «corre hacia esa valla y sáltala», y yo pensé que no iba a poder, pero al final lo conseguí, aunque de una forma muy torpe.

Llevas varios años colaborando con Steve Shelley (Sonic Youth) y has desarrollado parte de tu carrera en EE.UU. ¿Te resulta más fácil entenderte con los músicos de allí que con los de aquí?

Yo creo que lo que ocurre es que la evolución de mi carrera ha sido muy inusual, creo que antes de mi no ha habido mucha gente que haya hecho lo que yo. Pero en el extranjero no es algo tan raro, así que aquí sí que he podido encontrarme con algunos recelos. De todas formas yo nunca he tenido la sensación de que tuviera que demostrar nada. Por otra parte creo que tengo un público propio, porque soy una de las pocas voces femeninas que hay, lo que ya te da una identificación casi inmediata con un 50% del público. Además parece que hay una estirpe de cantantes femeninas en las que parece que lo es todo tener un chorro de voz pero que tienen canciones muy intercambiables. En ese sentido, se echan en falta muchas más voces femeninas, sobre todo en la composición.

¿Y cómo surgió la colaboración con Chris Brokaw?

Le conocí hace más o menos un año en el Tanned Tin Festival. Intercambiamos discos, él conocía un poquito lo que yo había hecho en Nueva York y bueno, lo que más me gustó es que es un músico muy sólido, con una manera muy particular de tocar, y yo estaba en ese momento buscando un sonido más contundente. Y pensé que junto a Charlie Bautista podría hacer una colaboración muy buena, y de hecho ha salido muy bien.

El disco es muy heterogéneo, porque tienes desde canciones como Nadie como tú o La distancia adecuada, que son de pop puro y duro, hasta otras como Tres minutos, que es rock. ¿Es lo que te pedían las letras?

En los discos anteriores quería hacer álbumes como los de Nick Drake, que los puedes escuchar de arriba abajo sin cambiar de estado de ánimo: tienen un color y lo mantienen durante todo el disco. Sin embargo, en este sí que quería que hubiera altibajos, porque de alguna manera estaba buscando un efecto más de puzzle. Normalmente hago un tipo de canciones en cada momento. La canción de Tres minutos, por ejemplo, la grabé el último día que entré en el estudio y tenía ganas de hacer una canción rápida, un poco punk, y retomé una idea que tenía, la reescribí y así salió. Además quiero reivindicar una forma femenina de hacer música, y en ese sentido creo que la furia que te dan las subidas y bajones hormonales se puede utilizar para la creatividad. Además hay ciertos aspectos de la naturaleza femenina que te hacen estar mucho más en el mundo que la de los hombres, y yo quiero explotar la parte positiva que tiene.

Has dicho que este disco podría ser el principio de una nueva trilogía. ¿Sigues con esa idea?

En realidad sí que he hecho los discos de tres en tres, y siempre responden un poco a lo mismo, así que igual éste se convierte en otros tres discos.

¿Cómo van a ser los directos de esta semana?

Son de presentación de las canciones nuevas. Iré con Charlie Bautista y luego en febrero voy a hacer una gira más extensa.

¿Y volveremos a verte sobre un escenario con Steve Shelley?

Steve Shelley lo está deseando porque le encanta venir a España, con Lee Ranaldo es más complicado porque hace tiempo que no colaboro con él. Pero si coincido con Steve, desde luego que sí. A los americanos en general les encanta venir de gira por España, es lo que te dicen todos. Aunque en EE. UU. hay mucha vida en directo y hay mucha gente que se va a ver grupos aunque no los conozca. Eso falta aquí. También echo de menos que se puedan hacer giras al margen de la presentación de tu disco, simplemente que puedas hacerla porque es tu ciudad y te gusta tocar allí, y poder tocar para 20 o 30 personas.

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