Antes del estreno el miércoles estaba nerviosa, pero muy contenta. La sevillana Pilar Távora presentó esta semana en el Sevilla Festival de Cine su segundo largometraje, Brujas, un documental que hace justicia a las hechiceras, rodado en Andalucía y Europa.

¿Qué supone estrenar en el festival de su ciudad?

Es una satisfacción muy grande. Que los sevillanos sean los primeros en ver tu trabajo me hace muy feliz. ¡Da un poco de cosilla!

¿Por qué un documental sobre las brujas?

Porque desde niña me había interesado el tema de lo esotérico y la magia. He leído mucho y me indignaba la injusticia con que se ha tratado a estas mujeres desde siempre. Se ha dado una imagen terrible de la brujería. Y dije: «voy a hacer una película para hacerles justicia».

¿Quién es la protagonista?

La historia parte con La Camacha de Montilla, una hechicera muy famosa. También hablo de Xenotia, una bruja de Alhama de Granada. A ambas las nombra Cervantes en uno de sus relatos.

Al documentarse, ¿qué hechos le impactaron más?

Cómo fueron torturadas y ajusticiadas esas mujeres por la simple acusación de cualquier vecino. ¡Comparada con lo que se les hacía en Europa, la Inquisición española fue casi ejemplar!

¿Qué ha descubierto?

Que la labor de estas mujeres fue muy importante, hicieron muchas aportaciones al conocimiento de las plantas y la homeopatía. La cinta arroja nueva luz sobre esto.

Quiere que el espectador al ver su película...

No vuelva a usar la palabra bruja de la forma peyorativa en que se usa. Y que salga con una visión distinta.

BIO_ Pilar Távora Sánchez. Del Cerro del Águila. Ya está preparando su tercera película, Madre Amadísima.