En la provincia hay al menos 2.000 mujeres que crían solas a sus hijos

  • Tienen problemas para encontrar trabajo y compaginarlo con el cuidado del niño.
  • Las asociaciones de madres solas reclaman ayudas específicas.
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Eugenia Martínez, junto a su hijo Patricio.
Eugenia Martínez, junto a su hijo Patricio.
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Eugenia Martínez, junto a su hijo Patricio.

No todos los niños vienen al mundo con un pan debajo del brazo. Algunos se crían sanos gracias al único esfuerzo físico y psicológico de muchas mujeres que o bien los tuvieron solas, o se encontraron así después del parto.

Al menos más de 2.000 mujeres de la provincia se encuentran en esta difícil situación, una realidad que «ni siquiera reflejan las estadísticas oficiales», denuncia María García, presidenta de la asociación de familias monoparentales Isadora Ducan.

Esas 2.000 granadinas (las asociaciones sospechan que hay más de las que se tienen contabilizadas) crían solas a sus hijos sin ningún tipo de ayuda, «pese a que las necesitan igual o más que cualquier otro colectivo», subraya García.

Son 2.500 euros en el nacimiento y ahí se queda la historia

Las asociaciones de madres solas (atienden a solteras o madres separadas que no reciben pensiones) reclaman desde hace años ayudas específicas que tengan en cuenta estas realidades. «A la hora de la verdad no hay ayudas, en contra de lo que presumen las administraciones".

"Son 2.500 euros en el nacimiento y ahí acaba la historia», lamenta la fundadora de la Asociación en Solidaridad con las Madres Solas, Marisa Sendón. Desde que se constituyó, hace ya 13 años, la asociación ha atendido a 300 mujeres «que no tenían nada ni a quien recurrir».

Carga psicológica

Los principales problemas a los que se enfrentan son la falta de formación y trabajo, la precariedad laboral y la dificultad para conciliar su empleo con el cuidado del niño. «Estas mujeres soportan una carga psicológica que repercute en todas las facetas de su vida», lamenta María García.

El 90% «echa mano de la familia y muchas vuelven a casa de sus padres mientras reorganizan su vida», añade. Los colectivos reclaman que se aprueba una ley de familias monoparentales -desde 1997 se ha triplicado en Granada el número de madres solteras - para conseguir el «marco legal que necesitamos».

El Ayuntamiento de la capital insiste en que su apoyo «sí es real»: «Hay becas para que sigan estudiando, a la manutención... Los servicios sociales estudian cada caso, afirman fuentes municipales. El perfil ha cambiado: mientras antes la madre procedía de una familia desestructurada, ahora «las hay de todas clases sociales». Tienen entre 25 y 45 años y son «más fuertes, seguras y realistas», según describe Marisa Sendón.

Eugenia Martínez. 29 años. Licenciada en biología

«Me dejó sola con un hijo en camino»

Patricio se llama el niño que ha cambiado la vida de Eugenia Martínez. El embarazo de esta joven de 29 años fue fruto «de una decisión común y reflexionada». «Fue buscado y deseado, pero al octavo mes de embarzado, mi pareja cambió de opinión», relata Eugenia. «No quiso saber nada y, de repente, me encontré sin pareja y con un hijo en camino», añade la joven.

Para ella, fue uno de los momentos más difíciles de su vida: «Los primeros meses fueron muy duros. No tenía trabajo y muy pocas opciones de tenerlo». Volvió a casa de sus padres y «si no llega a ser por ellos me hubiera quedado en la calle porque no hay ningún tipo de ayuda pese a todo lo que dicen».

Eugenia fue recuperando poco a poco la normalidad «gracias a la ayuda económica y anímica de mi familia». Cuatro años después, «la sonrisa de mi hijo compensa todos los malos tragos». Ha retomado sus estudios y gracias a una beca de investigación «he conseguido independizarme de nuevo». «Sólo se sale de esto con tiempo».

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