Hay negocios redondos... y hay otros en los que cualquiera se pierde contando las aristas. Desde luego, hasta dentro de mucho tiempo Eva Longoria no va a querer saber nada, ni siquiera que le menten, la mansión de Hollywood Hills que acaba de vender después de tantísimos quebraderos de cabeza que le ha dado.
La actriz de Mujeres desesperadas la compró hace alrededor de tres años a Tom Cruise por un precio que oscilaba en torno a los 10,52 millones de euros. Es una práctica habitual que suelen usar las estrellas del séptimo arte: comprar viviendas y luego las venden a un precio superior solo por el mero hecho de haber vivido en ellas o haberles pertenecido.
Pero en esta ocasión a la actriz de 45 años le ha salido el tiro por la culata. Básicamente, porque el montante final que se ha embolsado ha sido de algo más de 7,5 millones de euros, muy por debajo de su primera pretensión, cuando la puso a la venta por casi 13 millones de euros.
Era el precio lógico, viendo que estaba situada en una de las zonas más lujosas de Los Ángeles, que las mansiones que la rodeaban oscilaban ese precio y que quería sacar algún beneficio. Pero al final ha tenido que ceder ante el mercado y venderla por lo que le han ofrecido a riesgo de seguir perdiendo dinero.
Y eso que el complejo es de ensueño completamente. El complejo porque mide más de una hectárea y se divide en dos partes, y ambas interconectadas por hermosos caminos de piedras, un puente sobre una enorme piscina, vastísima vegetación y hasta un patio cubierto.
La primera de las zonas es una villa de estilo mediterráneo con tres dormitorios y tres baños y la segunda una casa de campo con cuatro dormitorios y el mismo número de baños. Todas dan a las enormes terrazas desde donde se otea tanto la ciudad como la naturaleza casi en 360º.
La casa posee una chimenea de piedra en el salón principal, una de las estancias más amplias de la vivienda, a lo que ayuda los ventanales y el diseño alargado, algo que renovó el arquitecto Mark Rios de Rios Clementi Hale Studios siguiendo la premisa de la funcionalidad.
"Quiero que funcione como una casa. No quiero que sea un museo, así que la estoy rehaciendo elegante y sofisticada, pero funcional. Ese es el equilibrio que más difícil es de conseguir", explicó Longoria a la revista Arquitectural Digest, de ahí los suelos hechos de tablones de roble, los techos que asemejan una catedral o las paredes de yeso veneciano.
También se observa esto en el dormitorio principal. En dicha suite, ubicada en el segundo piso y decorada en tonos blancos y grises, se puede apreciar la libertad que ofrece la casa, con una terraza que permite disfrutar de las colinas de Hollywood en todo su esplendor.
Si se observa la cocina, igualmente se cae rendido a los pies de la casa, con un diseño en madera y piedra, así como el spa o las vistas de la ciudad de las estrellas de noche. Pero de todo ello se ha tenido que desprender la actriz por debajo de su precio.
Una ganga que sin embargo no afecta a la casa en la que ella vive junto a su esposo, el empresario mexicano José Bastón, y su hijo Santiago: una mansión en Beverly Hills y que compraron a finales de 2017 por cerca de 12,5 millones de euros.
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