Key, orgulloso de haber forjado una fortuna con la especulación monetaria, confía en que su conocimiento de los mercados financieros le dará la experiencia necesaria para arreglar la situación, que Nueva Zelanda no vivía desde hace diez años.
Durante su discurso triunfal se comparó con Barack Obama y afirmó que los neozelandeses "han votado por el cambio", pero advirtió de que les esperan "tiempos difíciles" a causa de la ralentización económica mundial.
"La crisis financiera llevará a que el camino sea largo y lleno de obstáculos, y por eso, ahora más que nunca, Nueva Zelanda debe ser todavía más fuerte", dijo ante una multitud de sus seguidores, a quienes recordó que "el trabajo duro comienza mañana".
Gran fortuna
El ahora Primer Ministro, que asegura que no está en política por el dinero, llegó a cobrar 2,25 millones de dólares anuales como ejecutivo de la entidad financiera Merrill Lynchl al comienzo de su carrera.
"Se le daba muy bien tratar con la gente. Era muy sociable. Le enviábamos a negociar con los clientes más duros y difíciles", comenta John Kelly, uno de sus jefes cuando estuvo destinado en Londres.
Key, que se afilió al Partido Nacional en 2005 es licenciado en Administración y Dirección de Empresas por Harvard, aunque no llegó a graduarse y tiene un patrimonio valorado en 50 millones de dólares neozelandeses (28 millones de dólares).
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