Ya hace un año que Radiohead se liaron la manta a la cabeza y decidieron sacar In Rainbows sin el apoyo de ninguna discográfica. Todos conocemos los hechos: Radiohead habilita una página web desde la que descargar el disco digitalmente por «la voluntad» y, para los más fetichistas, se pone a la venta un discbox con un vinilo y dos versiones del álbum por 60 euros.

Aunque muchos quisieron ver en el gesto de Radiohead un envite a la industria discográfica, Jonny Greenwood, guitarrista del grupo, explicaba en una entrevista a Pitchfork que, en realidad, la decisión de sacar el disco a través de internet se debía a que querían publicarlo «rápidamente» y, de paso, probarse a sí mismos que eran capaces de editar el álbum por su cuenta. Hasta ahí, misión cumplida. Pero las reacciones, desde luego, no se hicieron esperar, y el efecto bola de nieve llega hasta nuestros días.

Aunque la iniciativa de Radiohead no es nueva (grupos como Einstürzende Neubauten han hecho cosas parecidas a través de su proyecto Supporter), sí que hay muchos grupos que se han apuntado a lo de regalar canciones por internet después de que lo hicieran los británicos: Bob Dylan regaló Dreamin’ of you en su web este verano; The Pretenders optaron por regalar cada semana uno de los temas de su nuevo disco; y Girl Talk también facilita su descarga gratuita a cambio de que respondas (en un test planteado con bastante sentido del humor) por qué no piensas pagar por el álbum.

Pero no hay que irse muy lejos para encontrar grupos que se apuntan a las “gratis total”. En España, Grande – Marlaska , Los Punsetes y Ginferno son sólo algunos de los artistas que ponen su música a disposición del usuario. De hecho, Ginferno van a lanzar sus últimos temas a través de MySpace. «Tenemos cerca de 20 canciones grabadas en los dos últimos años que hemos decidido publicar en cuatro EPs, uno por mes, a través de MySpace como descargas gratuitas», explica el guitarrista de Ginferno, Dani Fletcher. Para asegurar que los temas suenen bien, han llegado a un acuerdo con MySpace España para poder ofrecer su música a una calidad superior a la que la red social suele emplear.

«La generación click no da valor económico al contenido, y menos aún al objeto: prefieren la inmediatez y la facilidad de acceso que proporciona el mp3 a la posesión del objeto disco», añade Fletcher, «y este cambio ha provocado que de repente los propietarios de las redes de comunicaciones sean los nuevos canales de difusión y distribución. Apple, Google, Microsoft, MySpace, etc. son ahora los amos del contenido musical, y para escarnio del sector, pueden imponer sus condiciones». Algo parecido le debió pasar por la cabeza a Robert Smith, el líder de The Cure , cuando el pasado mes de septiembre pedía a los fans a través de su página web que no compraran su EP Hypnagogic Status porque el precio, 7.99£, le parece «absurdo».

Dani Fletcher aclara que de la tirada completa de un álbum «al artista, en el mejor de los casos, le llega entre un 1% y un 3% del precio final del CD, y de los primeros discos no recibe nada porque esos ingresos van destinados a cubrir costes: cuando se venden decenas de miles de discos, el artista ve dinero». Es en este marco cuando muchos artistas deciden que «les compensa asumir los gastos de grabación del disco y regalar su contenido para que pueda acceder más público al mismo. De esta manera pueden conseguir mayor difusión, lo que se traduce en más conciertos y mejor pagados».

Un claro ejemplo lo tenemos en el reciente éxito de Vetusta Morla, quienes autoeditaron su álbum Un día en el mundo: no sólo han conseguido el apoyo masivo del público, sino que hace poco recogían el premio Ojo Crítico de RNE en la Categoría de Música Moderna.

El ejemplo de Radiohead

La pregunta que muchos se hacían, sin embargo, era si Radiohead habían ganado o no dinero con la jugada. Las dudas quedaban resueltas hace quince días, cuando la publicista del grupo, Jane Dyball, reconocía que la información publicada en Music Ally era cierta: tres millones de personas adquirieron In Rainbows. Esa cifra incluye quienes lo descargaron de forma gratuita, quienes pagaron “la voluntad”, quienes compraron el CD (en torno al millón y medio de personas) y quienes optaron por el discbox de lujo (alredededor de 100.000 personas). En cualquier caso, el grupo fue capaz de ingresar más dinero que si hubiera optado por los cauces tradicionales. Sin embargo, lo que más llama la atención, es que mucha gente prefirió descargar In Rainbows de otras webs de descarga antes que de la del propio grupo. Al final, parece que son los artistas quienes se adelantan a sus propios fans.