En este año 2020 "cada uno de los cofrades recordará y vivirá está jornada desde sus respectivos hogares", aseguran desde la organización.

Una misa que este año hubiera tenido una mayor carga sentimental, ya que iba a suponer la primera oportunidad para rendir el homenaje que merecen los dos cofrades que nos han dejado en estos tiempos de pandemia por el coronavirus: Santiago Alegría e Isabel Barrio.

No obstante esta Cofradía de San Gregorio es consciente de que habrá nuevas oportunidades a lo largo de los próximos meses para informar a los ciudadanos riojanos -y cuando esto vuelva a la normalidad más absoluta, a los peregrinos-, de la vida del obispo de Ostia que vino a La Rioja en la primera mitad del siglo XI, enviado por el papa Benedicto IX, y que se acabó convirtiendo en el "sanador de los campos" que, en aquellos momentos, estaban asolados de plagas.

También conocida como la ermita "chiquitita, chiquitita" a la que cantó Pepe Blanco que vivía frente a la misma.

Por todo ello la Cofradía de San Gregorio, que está integrada en una gran mayoría por personas de alto riesgo ante esta pandemia, desea trasmitir a los ciudadanos "el cuidado de seguir estrictamente las normas que marcan la autoridad sanitaria tanto por solidaridad hacia los demás, como por cuidarnos nosotros mismos, ante una pandemia que no se ha vencido y que sigue muy presente".