Este fin de semana celebró su cumpleaños una de las abuelas de Asturias. «El que mucho vive mucho ve, tanto para las alegrías como para las
tristezas». Así de claro define
Marcelina San Juan la vida de su madre, Consuelo Pantiga, que
cumplió nada menos que 104 años este pasado fin de semana. Como ella misma dice, el secreto para vivir tanto «está en el genio y en trabayar mucho».
Su primer empleo fue a los nueve años, en una mina de su
Sama natal. Su ánimo emprendedor la llevó a crear una empresa de lavado de carbón y a progresar
incansablemente. Uno de sus últimos negocios fue el cine de
La Camocha (Gijón). Este fin de semana, sus dos hijas, ocho nietos, 15 bisnietos y cinco tataranietos estuvieron con ella para soplar las velas.
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