Asegura que mató a su ex mujer de 30 puñaladas porque quería quitarle a su hija

  • Dice que el día del suceso sufrió "un fogonazo en la cabeza".
  • Se entregó en un cuartel de Guadalajara cuando huía a Barcelona.
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Un hombre para quien el fiscal pide 22 años de prisión por matar de más de treinta puñaladas a su ex pareja en la localidad de Peñarroya ha asegurado ante un tribunal popular que lo hizo porque la víctima amenazó con quitarle a la hija que tenían en común.

El acusado, A.C., de 52 años, ha relatado que el día de los hechos, el 16 de junio de 2006, sufrió una especie de "fogonazo en la cabeza" cuando su ex pareja y prima hermana E.M.P, de 32 años, le dijo que le iba a quitar a su hija y que "no la iba a ver más".

Durante su declaración, el acusado ha reconocido que agredió a E.M.P. en la cocina del domicilio que ella tenía alquilado en Peñarroya y que utilizó un cuchillo que se encontraba encima de una mesa.

Ha narrado además que la supuesta amenaza de la víctima sobre no permitirle ver a su hija se produjo en el transcurso de una discusión que surgió cuando la mujer le exigió que borrara unas fotografías "eróticas" de ella que el acusado tenía en su teléfono móvil.

Entonces se produjo un forcejeo y él se "desequilibró y, sin saber cómo", atacó a su ex esposa, a la que según el fiscal, le infringió más de 30 puñaladas. El acusado, que vivía entonces en Barcelona, ha reconocido que fue a Peñarroya 5 días antes del suceso para ver a su hija por su cumpleaños y "aclarar unos movimientos en la cuenta bancaria que no cuadraban".

Huyó a Barcelona

Una vez en la localidad entabló contacto telefónico con la víctima en varias ocasiones y acudió al domicilio de sus cuñados para "aclarar las mentiras que decía" de él.

Tras la agresión, el acusado abandonó la casa al ver a la víctima tumbada y huyó cerrando la puerta desde fuera con la llave que se encontraba en el cerradura. A.C. huyó hacia Barcelona por una "ruta nueva", ya que condujo por la carretera de Extremadura hasta llegar a Madrid, mientras que habitualmente regresaba por Valencia.

En el camino paró varias veces para repostar gasolina y tomarse un café, mientras que en otra ocasión lo hizo para lavarse la ropa ensangrentada en un pantano y tratar de "suicidarse" con un destornillador.

Finalmente, el acusado ha manifestado que se dejó la documentación y el dinero en una gasolinera, de tal forma que se desvió en un camino hasta llegar al puesto de la Guardia Civil de Sigüenza (Guadalajara), donde dijo a los agentes que "creía que había matado" a su mujer.

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