Sus manos esconden la clave de tanto arte aéreo en tan poco espacio: es Juan Manuel Coleto un carpintero nacido en Villanueva de Córdoba que ha convertido su garaje en toda una exposición dedicada al aeromodelismo y con la artesanía como bandera.

Ha conseguido montar y hacer volar ya a una veintena de aviones u avionetas y todas ellas fabricadas desde su origen en su propia casa. Hasta las mismas máquinas que le facilitan la construcción del fuselaje están diseñadas y construidas por él y no duda, en caso de que sea necesario, reutilizar motores de frigoríficos o de motosierras para tal fin.

El proceso comienza con la adquisición de los planos necesarios que guían el corte y ensamblaje de las piezas en madera de balsa ya que este material ofrece mejores prestaciones a la hora de volar por su bajo peso.

Posteriormente procede al entelado con plásticos especiales sobre la madera y a la colocación del motor necesario para conseguir una autonomía de vuelo que ronda los 20 minutos de media.

Modelos reales en miniatura

Juan Manuel aclara que estos motores pueden ser eléctricos, por combustión de metanol o de gasolina mientras que los aparatos pesan una media de tres kilos, si bien, siempre está la excepción a la regla porque hay algunos como el Agatha que es la estrella de este particular museo con 12 kilos de peso y un motor de gasolina de 40 centímetros cúbicos.

Como no, el destino final de estos aparatos, algunos de ellos réplica de modelos como los caza o avionetas de fumigar, es surcar el cielo del norte de la provincia para lo que hace poco tiempo ha creado junto a unos amigos el Club Radiocontrol Jaerocar. Sin duda, un arte al que se le dedican muchas horas de trabajo y vuelo.

CONSULTA MÁS NOTICIAS DE CÓRDOBA