Asturias está de fiesta. Se nota, sobre todo en las calles de la capital. Mucho más ahora que los Príncipes ya están aquí. Se han hecho esperar.

No han vuelto en visita oficial desde los premios del año pasado. Por eso ayer, cientos de ovetenses les esperaban a las puertas del Palacio Conde de Toreno, donde inauguraron la exposición Cruces del Arte, una visión de la Cruz de los Ángeles y de la Victoria, que este año cumplen 11 y 12 siglos, respectivamente, y que han sido reinterpretadas por nueve jóvenes artistas asturianos.

Pero ellos no fueron los únicos protagonistas del día: la galardonada con el Príncipe de las Letras, Margaret Atwood, llegó a mediodía a Oviedo, yun poco después lo hizo Ingrid Betancourt, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que por la tarde mantuvo un encuentro con niños en el teatro Campoamor.

Otros galardonados como el compositor José Antonio Abreu, fundador del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, Príncipe de Asturias de las Artes; los médicos cuyas instituciones han sido galardonadas con el Príncipe de Cooperación Internacional por su lucha contra la malaria; o Tzedan Todorov, premio de Ciencias Sociales, participaron en coloquios e impartieron conferencias en un día en el que los premios son, si cabe, más internacionales.

Google, galardonado con el Príncipe de Comunicación, instaló en el paseo de los Álamos del Parque San Francisco, una de las clásicas señales que aparecen en sus mapas.

Es la forma de mostrar al público una nueva aplicación sobre los Premios Príncipe que funcionará esta semana en Google Earth en la que puede verse, por ejemplo, el Teatro Campoamor con su alfombra

azul, tal y como lucirá el día de la ceremonia de entrega.

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