Angela Merkel no quiere que Nicolas Sarkozy le ponga la mano encima

La canciller alemana, Angela Merkel, se ha hartado de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, le bese o le ponga la mano sobre el hombro.

La protesta de la alemana ha llegado a la Embajada alemana en Francia, según cuenta este martes el diario suizo Le Matin. El periódico cuenta que a Merkel, que además es protestante, no le gusta nada el trato familiar con el que Sarkozy se dirige a ella... los toques en el hombro, las palmaditas en la espalda, el que le agarre el brazo...

Tocarse no forma parte de la cultura alemana
"Tocarse no forma parte de la cultura alemana", explica a
Le Matin la corresponsal en París del diario berlinés
Die Tageszeitung.
Esta periodista relata que para una mujer alemana, protestante y criada en la República Democrática Alemana, la
distancia entre dos personas y la
austeridad es esencial.

Pero, ¿qué dice el protocolo en este caso? Francisco Merino, experto en Protocolo Internacional y director de la Escuela Internacional de Protocolo de Madrid ha asegurado a 20minutos.es que "Angela Merker exagera un poco".

Merino explica que "como buen mediterráneo"

Sarkozy es "muy expresivo", y Merkel, alemana
"es más fría". Este experto recuerda que
en los manuales "no hay nada escrito" sobre el trato entre dos jefes de Gobierno,
"manda más el carácter de cada político", asegura.

Francisco Merino recuerda
otra polémica causada por el comportamiento de otro político francés. En un encuentro entre el entonces presidente galo
François Mitterand y la reina de Inglaterra,
Isabel II, Mitterand dio
dos besos a la monarca, algo que a ella no le gustó en absoluto. 
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