La titular del Juzgado de Menores número 1 de Santander ha condenado, a 50 horas de trabajos en beneficio de la comunidad, a un menor por reiterados insultos a una compañera de clase.
El acusado tiene una mínima capacidad autocrítica
Según recoge la sentencia, el acusado había sido condenado en julio del año 2006,
como coautor de un delito de agresión sexual a la víctima de los insultos, también menor de edad.
Con posterioridad a esa condena, y en el transcurso del curso escolar 2006-2007, en el que ambos compartían aula en el instituto, el procesado se dedicó a
insultar y dirigir frases ofensivas a su compañera de clase, que produjeron en la víctima un sentimiento de marginación en su entorno de amistades, señala la sentencia.
El fallo recoge que, aunque de la evaluación realizada al menor, no se desprenden factores de riesgo "significativos", en su ámbito familiar sí se ha apreciado un estilo educativo "
tendente a la permisividad y el proteccionismo".
Igualmente reseña que en el ámbito personal del menor, se observa en éste "
una mínima capacidad de autocrítica y actitudes internas y formas de actuar encaminadas a la manipulación del otro".
La llamaba continuamente "zorra".
La menor relató que cuando ella decía algo a un profesor, escuchaba continuamente por detrás suyo, en voz baja, insultos c
omo "zorra" y otros parecidos, proferidos por el acusado al que reconocía por la voz.
Así, la sentencia condena al menor, por la comisión de una
falta continuada de injurias y vejaciones, a realizar prestaciones de carácter humanitario en beneficio de la comunidad durante un tiempo de cincuenta horas.
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