Antonia Garrido Vallejo, vecina de Trigueros (Huelva) se siente objeto de un milagro de la Virgen de Fátima. Ha vuelto a andar con normalidad cuando desde hace unos años había perdido bastante movilidad en las piernas, viéndose obligada a caminar con muletas y pudiendo realizar sólo unos pasos.

Esta mujer se desplazó el pasado sábado hasta Fátima y el lunes regresó por su propio pie. Desde entonces todo es felicidad en su hogar, por donde han ido pasando todas las personas que quieren comprobar el milagro. Atrás queda el error médico que provocó su situación, que le dañó los nervios de la médula.

Esta increíble historia la recoge la edición de hoy de Huelva Información, en la que se señala que los informes de este caso de Antonia serán trasladados al Vaticano para ser analizados y determinar si puede elevarse a la categoría de milagro, hecho sobre el que su protagonista está más que convencida.

Según Antonia, ella estaba junto al resto de los enfermos antes del inicio de la misa en Fátima y sintió un "impulso" que la empujaba a levantarse súbitamente y lo hizo, recorriendo sin ayuda varios metros mientras exclamaba "¡ando, ando!" Su marido que la escuchó gritar fue hasta a ella, donde médicos y sacerdotes certificaban lo acontecido.

La justificación que encuentra Antonia está en la fe que procesa desde pequeña a la Virgen de Fátima, a la que se encomendó en cuanto se vio impedida. Aún recuerda ir con su madre a temprana edad a ver a la Peregrina de la imagen en una visita que hizo a Trigueros.

En los últimos días el peregrinaje es hasta la casa de esta devota ante la que los vecinos se sorprendían al ver cómo se desenvuelve ahora sin necesidad de muletas, para alegría de su marido, Enrique González Pérez, que ha regalado una joven de Pilas que la quiere para pregonar lo ocurrido. "La Virgen de Fátima hace milagros a menudo y éste es uno", decía una amiga.

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