Melilla empieza a recuperar la normalidad tras las inundaciones que provocaron ayer las fuertes lluvias, que dejaron en la ciudad autónoma más de 50 litros por metro cuadrado y que anegaron diferentes calles y barrios en los que hoy vecinos y servicios de limpieza se emplean a fondo.

Según fuentes policiales, la situación se ha normalizado tras la tregua concedida por las condiciones meteorológicas, aunque es el momento de evaluar los posibles daños que ha podido causar una nueva tromba de agua.

Los bomberos han tenido que emplearse a fondo con casi 80 salidas en apenas unas horas, en su mayoría para desalojar agua acumulada en garajes y algunos portales, aunque también para apagar algún incendio provocado por algún cortocircuito.

Recuperación en la frontera

La situación en los puestos fronterizos también es de normalidad, después de que, según la Delegación del Gobierno, el de Beni Enzar, el más transitado, quedara "impracticable" debido al agua acumulada que hacía prácticamente imposible el tránsito de personas y de vehículos.

También fue necesario cortar durante unos 15 minutos uno de los puentes que cruza el arroyo Farhana ante la importante crecida que sufrió el Río de Oro, que hizo temer nuevamente su desbordamiento, aunque finalmente el nivel del agua fue descendiendo.

Las playas de Melilla, que todavía no se habían recuperado de los dos temporales sufridos en las últimas dos semanas, también padecen el efecto de las nuevas lluvias, ya que el río ha vuelto a arrastrar hacia el mar gran cantidad de residuos y cañas, aunque en menor medida que en las ocasiones anteriores.

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