Andrés Calamaro es un nombre que a todos suena, no en vano lleva décadas componiendo canciones y cosechando éxitos. Últimamente en solitario, es cierto, pero aunque queda lejos, no se olvida de sus etapas en los grupos Raíces, Los Abuelos de la Nada, y por supuesto Los Rodríguez. Calamaro emigró a España en 1990, y aquí, junto con los ex de Tequila, Ariel Rot y Julián Infante, fundaría este mítico grupo que causó gran repercusión, tanto en nuestro país como en toda latinoamérica.

Buena Suerte, Sin Documentos, y Palabras más, palabras menos, fueron los tres álbumes de la banda, que antes de separarse en 1996 editó un recopilatorio, Hasta Luego, muy explícito.

Durante su carrera en solitario, Calamaro ha colaborado y compartido escenario con otros grandes de la música como son Joaquín Sabina o Fito Páez, una de sus grandes influencias.

Al margen de su personal voz, fueron su talento instrumental, especialmente al piano, y su facilidad para componer, los que le han hecho permanecer a través de los años en lo más alto de la escena musical.

Un ejemplo de su fluidez como letrista fueron el centenar de canciones que compuso en tan solo seis meses, entre finales de 1998 y principios de 1999. Con 37 de ellas vería la luz Honestidad Brutal, el disco más largo del rock argentino y, para muchos, el mejor trabajo de Calamaro. Un año después editaba El Salmón, tras lo que se produce un parón de cuatro años en la carrera del cantante, discográficamente hablando, si bien se publicaron trabajos con duetos y colaboraciones.

Sin embargo, sus letras no siempre fueron aceptadas por la crítica, y en algunas ocasiones se le acusó de incitar al consumo de drogas, llegándose incluso a iniciar acciones legales en su contra.

Con el paso de los años, Calamaro ha ido distanciándose del rock puro, mezclando y adaptando otros estilos como el tango y el bolero. El año pasado publicaba La Lengua Popular, el que es el primer disco de canciones totalmente inéditas desde su vuelta en el año 2005.

Tanto algunos sectores de la crítica como muchos de sus fans ya comentan que Calamaro se ha superado de nuevo, y que ésta es una de sus obras maestras.

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