Éstos son los países a los que Amnistía Internacional desaconseja venderles armas

Según Amnistía Internacional, España es uno de los muchos países que vende armas a países que vulneran los derechos humanos, como Colombia, Pakistán, Israel o Marruecos.

Sin embargo, la venta de armas con fines de dudosa legalidad es algo que no sólo afecta a España. Países como China, Egipto, India, Pakistán, Rusia o EE UU, tratan de demorar el debate internacional acerca de un Tratado sobre el Comercio de Armas.

Una "regla de oro"

Por este motivo, la organización Amnistía Internacional ha pedido a los líderes políticos de todo el mundo que adopten la que han definido como una "regla de oro" para proteger los derechos humanos.

Ésta consistiría en impedir las transferencias de armas entre países cuando exista un riesgo importante de que sean utilizadas para cometer violaciones graves del Derecho internacional y de los Derechos Humanos. De esta forma, podrían evitarse transferencias irresponsables que ayudarían a salvar la vida de miles de personas cada año.

"Este es el momento de un Tratado sobre el Comercio de Armas. Sesenta años después de la firma de la Declaración Universal de Derechos Humanos", señala AI. Además, incide en el hecho de que "más del 80 % de los Estados no ha establecido leyes para controlar el comercio de armas, lo que "agrava el problema".

Nueve casos, nueve claves

  • COLOMBIA. Los suministros de armas pequeñas fomentan abusos graves contra los derechos humanos. El Parlamento colombiano aprobó, a fines de 2006, una nueva ley para controlar el uso y la disponibilidad de armas de fuego, sin embargo, ese mismo año, el país importó armas por valor de más de 46 millones de dólares.
    Las armas que importa Colombia proceden, principalmente, de EE UU, Sudáfrica, Israel y Francia.
  • MYANMAR. El continuo uso indebido de armas no detiene los suministros. El suministro de armas en este país del sudeste asiático ha agravado de forma notable la situación que afecta al respeto de los derechos humanos. Desde septiembre de 2007, las fuerzas de seguridad han asaltado monasterios, utilizado gases lacrimógenos, cargas con porras y disparos de advertencia para dispersar manifestaciones. Existe un grave riesgo de que las fuerzas de seguridad continúen practicando detenciones y reaccionen con violencia ante cualquier nueva protesta. El principal proveedor de armas de Myanmar es China, seguida de India, Serbia, Rusia, Ucrania y otros países.
  • SOMALIA. La llegada continua de armas agrava la catastrófica situación de los derechos humanos en el país. A pesar del embargo de armas por parte de la ONU, han continuado los abusos generalizados y las violaciones graves del derecho internacional humanitario en el conflicto de Somalia. Según informes, en 2007 murieron unos 6.000 civiles en los combates librados en Mogadiscio y en el sur y el centro del país, y más de 600.000 se vieron desplazados internamente en Mogadiscio y sus alrededores. Etiopía y Eritrea desempeñan un papel clave en el suministro de armas a las milicias de Somalia.
  • SUDÁN Y CHAD. Los envíos de armas fomentan los ataques en Darfur. En 2007, los ataques directos e indiscriminados contra la población civil y las graves y constantes violaciones de los derechos humanos perpetradas en Darfur, sobre todo por las fuerzas del gobierno y los grupos paramilitares, provocaron el desplazamiento de unas 280.000 personas. Se calcula que el total de víctimas mortales del conflicto desde su comienzo, en 2003, asciende a más de 200.000.
    Los principales proveedores de armas de las fuerzas armadas sudanesas han sido Rusia, China, Irán y Egipto.
  • IRAK. El suministro de armas pequeñas agrava la desesperanza. EE UU financia desde 2003 la mayor parte del suministro de más de un millón de rifles, pistolas y armas de infantería para 531.000 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes en “un proceso mal gestionado e irresponsable”, que ha agravado la proliferación masiva de armas y abusos graves contra los derechos humanos. A pesar de este masivo flujo y proliferación de armas, funcionarios estadounidenses y de países aliados han admitido que se ignora dónde han ido a parar muchas de estas armas importadas bajo los auspicios de EE UU y que se han desviado algunas a particulares y milicias que cometen graves abusos contra los derechos humanos o han sido capturadas por ellos.
  • COSTA DE MARFIL. Tardío embargo de armas por parte de la ONU. Graves violaciones de derechos humanos y los ataques aéreos de la zona de Bouaké, en los que murieron civiles y soldados franceses, dieron lugar a la imposición de un embargo de armas a Costa de Marfil en 2004. Entre los principales exportadores de armas a Costa de Marfil durante 2003 y 2004 figuraron Bielorrusia, Bulgaria, Rumania y Ucrania.
  • GUATEMALA. Se agravan los delitos violentos. Según los archivos policiales, en 2007 fueron víctimas de homicidio un total de 5.781 personas; en 2006, 5.885; en 2005, 5.338, y en 2004, 4.346. Se calcula que hay 1,8 millones de armas de fuego en Guatemala, el 90% de ellas sin registrar. Entre 2004 y 2006, los cinco principales exportadores a Guatemala fueron la República Checa, Corea del Sur, Argentina, Eslovaquia y Alemania.
  • GUINEA. Utilización de armas en actos de fuerza excesiva contra manifestantes. En enero y febrero de 2007, en Conakry, las fuerzas de seguridad dispararon con munición real contra multitudes de manifestantes, causando numerosas muertes, incluso de menores. Entre las transferencias de armas realizadas a Guinea entre 2003 y 2006figuraron envíos de España, Francia, Portugal, Senegal y Turquía.
  • UGANDA. Fuerza militar desproporcionada y abuso de las armas de fuego. Los intentos del ejército ugandés de atajar la proliferación de armas entre los grupos pastores se han caracterizado por el uso excesivo de la fuerza. Soldados ugandeses han torturado y ejecutado a civiles durante múltiples operaciones para aplicar la ley en distintas regiones.
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