Uno de los carteles representa a Blancanieves recibiendo una manzana envenenada con los colores del movimiento LGTBI, indicando que es veneno, y el otro presenta un dragón que ataca con una lengua de fuego, también con los colores LGTBI, a una familia cristiana protegida por la figura de una virgen.

En ambos casos, Francisco Jiménez considera que, "además de ser hechos deplorables, su contenido podía ser considerado un delito de odio para causar daño al colectivo LGTBIQ, motivado por prejuicios que van en contra del principio de igualdad que protege constitucionalmente a todos los ciudadanos españoles, sean cuales sean sus condiciones personales".

Por ello ha solicitado que la Brigada de Información del Cuerpo Nacional de Policía inicie la investigación, y en caso de hallar a los autores se presenten diligencias ante la Fiscalía especializada en delitos de odio.