Su caso no es el único. Con las altas temperaturas, los restos orgánicos que tiramos a los contenedores fermentan mucho antes y el mal olor rápidamente se extiende.

El problema es que, según los cálculos estimativos del Servicio de Limpieza, «la mitad de los ciudadanos tiran la basura fuera de la hora que el Ayuntamiento ha establecido (de 20 a 23 horas)».

«Hombre, todos lo hacemos alguna vez cuando nos vamos de viaje o por otra circunstancia, pero el 50% de la gente lo tira mal a diario. Sólo hay que pasearse y echar un vistazo a los contenedores».

Cada noche, 25 equipos trabajan para recoger la basura depositada en los más de 10.000 contenedores que hay en la ciudad, pero cuando llegan el olor ya es insoportable (sobre todo en los meses de junio, julio, agosto y parte de septiembre), porque muchos ciudadanos han echado la bolsa de basura a lo largo del día.

Escasas multas

El incumplimiento de la ordenanza municipal es sancionable y si la Policía sorprende a un vecino vertiendo la basura cuando no debe puede multarle con 30 euros o con  60 euros si se es reincidente.

Sin embargo, en los últimos cuatro años no se ha impuesto ninguna sanción por esta infracción, aunque desde la Policía se asegura que sí se realizan muchos avisos a diario.

Para el servicio de limpieza la solución pasa por hacer cumplir la norma con más multas. «Se han hecho multitud de campañas de concienciación, pero hasta que no tocan el bolsillo de la gente, no se tiene miedo», indican.

Mientras tanto, lo que sí se hace para evitar malos olores es limpiar los contenedores en profundidad cada tres meses (con agua caliente y detergentes especiales) y recoger en el centro tres veces al día.

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