Van Gogh fue asesinado en Amsterdam el pasado 2 de noviembre por Bouyeri, un joven de 27 años de nacionalidad marroquí que actuó supuestamente movido por convicciones islamistas radicales.

Bouyeri, que confesó ser el autor del crimen, clavó además en el pecho de su víctima una carta que amenazaba de muerte a diputada liberal holandesa de origen somalí Ayaan Hirsi Ali por sus críticas abiertas al Islám.

Van Gogh había dirigido junto con la diputada un cortometraje que denunciaba con imágenes provocadoras la sumisión de la mujer en la religión islámica y en el que aparecía una musulmana semidesnuda con textos del Corán escritos sobre su piel.

Esas imágenes fueron consideradas como insultantes por gran parte de la comunidad musulmana en Holanda.

Durante el juicio, Bouyeri expresó en árabe su agradecimiento a su dios y se reafirmó en la ejecución de su crimen declarando en la sala del tribunal que si "volviera a estar en libre volvería a hacer lo mismo".

"He actuado puramente por convicción desde mi creencia", enfatizó. También añadió que espera que la petición de la máxima pena ofrezca "consuelo" a la madre de Van Gogh. El crimen provocó tensiones en Holanda, que cuenta con una población de 900.000 musulmanes.