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Ser un buen inversor en planes de pensiones es más fácil de lo que esperas

Tres mandamientos del buen inversor en planes de pensiones

Hay que aprender a invertir los fondos en distintos momentos, diversificando activos y dejando que estos maduren

Juan es asesor financiero en Bankia. Juan se preocupa por ofrecer a sus clientes lo que cree que es mejor para ellos. Juan les ha recomendado entrar en Planes de Pensiones porque sabe que es uno de los mejores productos para buscar rentabilidades en un mundo con los tipos de interés en negativo… pero Juan tiene un problema: no duerme bien.

No, Juan no concilia el sueño por las noches porque le preocupa que su asesoramiento no tenga los frutos inmediatos que sus clientes imaginan que van a dar. Le agobia pensar que los mercados no suban en el corto plazo y que sus asesorados le culpen de una posible caída de sus inversiones.

Imaginaos a Juan arrodillado antes de acostarse: «Jesusito de mi vida, solo te pido que suba el Ibex la primera semana... y el Ibex o el Eurostoxx o los bonos italianos o el activo que sea», caprichosos como son, no suben, y el insomnio de Juan se agudiza.

Juan se carga con un peso que no le corresponde porque ha asesorado de forma correcta, pero el mercado es posible que no acompañe en el corto plazo.

Porque, a veces, Juan puede llegar a pensar que hay planes buenos o planes malos y que escoger el producto adecuado lo es todo para realizar un asesoramiento correcto, pero la realidad nos demuestra que no es así. El Plan de Pensiones no es más que un instrumento, un vehículo de inversión, y que hay factores que influyen mucho en su comportamiento, como el momento de entrada, la diversificación de su cartera o el tiempo que vamos a aguantar la inversión. Así, el mismo plan puede ser maravilloso para algunos y un mal producto para otros.

Pero lo importante es ¿cómo ayudamos a Juan para que su carga sea más liviana y que pueda dormir mejor por las noches?

En Bankia Asset Management decimos que existen tres mandamientos que son necesarios cumplir en toda buena inversión. Cumplir con estas directrice no impide que los mercados sigan su marcha, pero, sin duda, ayudarán a Juan a liberarse de esa carga que sus clientes le echan encima.

Primer mandamiento: invierte en diferentes momentos 

Las inversiones no deben hacerse de una sola vez. Si lo hacemos así estamos arriesgando a que el momento de entrada en los mercados sea bueno, y la experiencia nos demuestra que buscar ese momento es prácticamente imposible.

Se suele entrar en momentos de euforia de mercado y salir en momentos de caídas. La inversión en distintas etapas, y sobre todo a diferentes precios, evita que nos equivoquemos en la toma de decisiones. La entrada a distintos precios hace que la compra se realice a un promedio y que este me libere del peso de acertar en la entrada.

Segundo mandamiento: diversifica tu inversión

Apliquemos aquí la sabiduría popular: no metas todos los huevos en el mismo cesto. Es decir: divide y vencerás.

El riesgo a que una inversión vaya mal es mayor si se hace en un solo activo. Ningún activo lo hace bien siempre. Diversificar da la tranquilidad suficiente para saber que ante una situación complicada para una clase de activo el resto de inversiones van a descorrelacionar la inversión y te protegerán. El Plan de Pensiones por normativa ya cumple con la función de diversificar la inversión, pero se debe velar porque esa diversificación sea lo más completa posible en distintos tipos de activos.

Tercer mandamiento: dale tiempo a tus inversiones 

Invertir con la mira puesta en el reloj es mala idea. Querer que la inversión en planes sea una ganancia lineal e inmediata es una quimera. Los activos valoran diariamente, suben y bajan, pero la inversión a largo plazo da sus frutos en la gran mayoría de los casos. Siempre hay excepciones, pero son eso, excepciones. Cuando dejamos madurar a una inversión, sobre todo si es diversificada, el crecimiento económico mundial será nuestro aliado y, sin lugar a dudas, obtendremos los esperados frutos.