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Pensiones
Ahorrar para el retiro laboral es una carrera de fondo, para la que es fundamental empezar de joven.
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La jubilación,una carrera de fondo

  • Dada la realidad demográfica, ahorrar cuanto antes es necesario para tener una buena pensión

España es uno de los países de la OCDE donde el ahorro privado para la jubilación es menos relevante y ni siquiera cubre el gasto de un año en pensiones públicas.

En nuestro país, el ahorro financiero se ha dirigido principalmente a depósitos, mostrando la preferencia por el corto plazo, el bajo riesgo financiero, y la confianza en que la jubilación estará íntegramente cubierta por la pensión pública.

En un sistema de reparto como el nuestro, en el que las pensiones de cada momento se financian con las contribuciones de los trabajadores en activo, el descenso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida están descuadrando las cuentas y el sistema ya no es suficiente para pagar las actuales pensiones.

Mientras que la población activa cada vez es menor, la cifra de personas de más de 65 años continúa aumentando. Este desequilibrio llevará a que la tasa de dependencia (porcentaje de personas mayores de 65 respecto a la población activa) supere en España en 2050 el 70%, la segunda más elevada del mundo, por detrás sólo de Japón. Además, la esperanza de vida ha aumentado: a los 65 años es de 21,3 años más, y se prevé que llegue a los 26 en 2060, lo que supone que cobraremos pensiones durante más años. Mientras que antes se trabajaba durante 40 años y se cobraba la pensión unos 15 años, las próximas generaciones apenas acumularán carreras laborales de unos 35 años y estarán jubilados más de 25 años.

Adaptarse a la realidad

Esta situación demográfica es muy distinta a cuando se creó el sistema de pensiones y el sistema público debería adaptarse a esta nueva realidad demográfica.

El sistema de pensiones público español se ha caracterizado por tener un nivel de cobertura (proporción entre la primera pensión recibida y el salario previo a la jubilación) de los más elevados de Europa. Pero mantener este nivel de cobertura está generando un creciente déficit ya que el avance de los gastos (impulsados por el aumento de pensionistas y de la pensión media) supera ampliamente al de los ingresos.

En este contexto, las actuaciones que busquen proteger la suficiencia de las pensiones presentes van en detrimento de las pensiones futuras ya que dificultan asegurar la sostenibilidad del sistema. Por ello cada vez es más necesario contar con un ahorro privado complementario de la pensión pública.

Facilitando el ahorro

Poco a poco, se va tomando más conciencia de la necesidad de ahorrar para la jubilación, sobre todo en las generaciones más jóvenes, y los planes de pensiones son el vehículo idóneo, tanto por el incentivo fiscal que ofrecen, como por su vocación de ahorro a largo plazo.

Ahorrar para la jubilación es una carrera de fondo. Es fundamental empezar cuanto antes, ya que con menos cantidad aportada se alcanza el mismo capital al llegar a la jubilación, gracias a la capitalización compuesta y porque la inversión en ciclos largos permite asumir mayor riesgo. Sin embargo, ahorrar no es fácil, aun cuando la situación económica lo permita. Tomar conciencia de la necesidad de ahorrar es un primer paso necesario, pero no suficiente. La jubilación se ve como algo lejano y el ahorro supone una renuncia de la renta actual, por lo que lo fácil es gastar. Además, elegir entre las diversas opciones de inversión supone un esfuerzo. Y, cuanto más compleja sea una decisión, más tendemos a procrastinar.

Para superar estos obstáculos que dificultan el ahorro para la jubilación, contamos con dos potentes y sencillas herramientas. Por un lado, las aportaciones periódicas que nos ayudan a mantener el ahorro por inercia, a crear rutinas y reducir el esfuerzo. La constancia es más importante que la cantidad en el ahorro a largo plazo, hace que ahorrar duela menos y sea más fácil. Y en segundo lugar, para simplificar el proceso de elección del plan de pensiones ante el amplio abanico de opciones, contamos con los llamados planes de ciclo de vida. Estos adecúan la estrategia de inversión a la edad del ahorrador, y van adaptando la composición de la cartera a medida que pasan los años.

La ventaja es que son los gestores del plan de pensiones los que mueven la cartera, y el ahorrador ya no tiene que ir moviendo su ahorro entre planes. Así, hay planes para la generación que nació en los 60,70 y 80, que permiten al partícipe despreocuparse de la gestión.