Daniel Radcliffe, el actor que da vida al mago infantil Harry Potter, padece desde niño una enfermedad neurológica conocida como dispraxia, cuyos síntomas son errores de movimiento y coordinación. El trastorno es conocido también como "enfermedad del niño torpe".

Radcliffe convive con la enfermedad desde pequeño. Un mal que le impide atarse los cordones o realizar movimientos complejos que requieran una excesiva coordinación motriz. Un 10 % de la población tiene síntomas de dispraxia, pero sólo un 2% sufre síntomas graves de descordinación. Además, los hombres tiene cuatro veces más posibilidades de padecerla que las mujeres.

El actor ha revelado en una reciente entrevista recogida por el diario británico Daily Mail que decidió dedicarse al mundo del espectáculo en parte por sus dificultades en el colegio debido a la enfermedad.

El doctor David Younger, una autorizad mundial en dispraxia, se ha mostrado sorprendido al conocer la noticia. "Soy un gran fan de todas las películas de Harry Potter, y que Radcliffe padezca esta enfermedad y que gracias a sus habilidades interpretativas no se aprecie en absoluto", ha dicho, "resulta un ejemplo para otras personas en su situación".