Estamos en 2017. El actor Shia LaBeouf, otrora niño mimado de Steven Spielberg y ahora paria de Hollywood, es arrestado y sale a la luz uno de sus vídeos más controvertidos: borracho perdido y profiriendo insultos racistas al policía afroamericano que le detiene frente a su hotel en Savannah, Georgia.
La estrella de Transformers está en horas bajas. Después de que todo el elenco de Corazones de acero (con Brad Pitt a la cabeza) se enfadase con él por su negativa a ducharse o que consiguiese su papel en Nymphomaniac, de Lars von Trier, enviándole fotos de su miembro viril al director, su papel en Borg/McEnroe parecía haberle devuelto el prestigio, al menos en cierto círculos festivaleros.
Pero los echa por tierra: obstrucción a la autoridad, desorden público (espetando "lenguaje vulgar frente a mujeres y niños) y evidente estado de ebriedad, amén del video grabado en el que acusa al policía de arrestarlo "por ser blanco".
El actor se declaró culpable, fue condenado a pagar 2.680 dólares de multa, realizar 100 horas de servicios a la comunidad, inscribirse en un curso para manejar la ira y la agresividad y a completar una evaluación de drogas y alcohol.
Ya regresamos a la actualidad. Año 2019. Shia LaBeaouf es uno de los grandes contendientes de cara a la temporada de premios con su película autobiográfica Honey Boy, cuyo guion escribió él mismo durante la rehabilitación y en la que Lucas Hedges le interprete a él mientras él se transforma en un trasunto alcohólico y abusivo de su propio padre.
La directora de la película, la israelí Alma Har'el, corroboró que el actor que interpretase al hijo de Indiana Jones "hizo el manuscrito durante su rehabilitación" y que se lo mandó "en un mail desde la clínica".
Precisamente a su guion le acaban de dar el Hollywood Film Award en dicha categoría (Antonio Banderas ha ganado en Mejor actor). Y cuando subió al escenario a recogerlo, de manos de un Robert Downey Jr. que dijo que era "casi jodidamente perfecto" y "fácilmente el mejor y más valiente" que ha visto "en años", LaBeouf no pudo contenerse y comenzó a agradecer el galardón.
El actor de 33 años comenzó, claro, por aquel agente de seguridad de Savanah. "Quiero agradecer al oficial de policía que me arrestó en Georgia... por cambiar mi vida", afirmó para estupefacción de los allí presentes, aunque la retahíla no quedó ahí.
"Y a mi terapeuta y mi promotor por salvarme la vida", comentó (lleva sobrio desde 2017, precisamente). Y, ya para acabar, se dirigió a la familia: "Y a mis padres por darme la vida". Puro Shia LaBeouf.
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