Una niña de dos años que se asfixiaba con una salchicha murió en Reino Unido tras una cadena de errores: los servicios de emergencia tardaron mucho en coger el teléfono debido a que no tenían personal, y cuando llegaron los paramédicos, le colocaron el tubo traqueal en el esófago en vez de hacerlo en la tráquea.

Los hechos ocurrieron en julio del año pasado pasado en la localidad de Greenhithe, en Kent, según informa el diario The Sun, y ahora ha salido a la luz las investigaciones que durante año y medio han llevado a cabo las autoridades locales. 

Todo comenzó cuando Beth Ranger dio a su hija Mia Atkins, de dos años, una salchicha pequeña, que se atoró en la garganta de la menor.

La madre de inmediato llamó a los servicios de emergencia, pero nadie le cogió el teléfono hasta la tercera llamada, 

Sin el personal necesario

La investigación ha documentado que en ese momento en la central de Emergencias no había el personal necesario para atender a todas las llamadas y los empleados estaban sobrepasados por el trabajo.

Cuando finalmente respondieron a la llamada, la pequeña ya había perdido el conocimiento. Una ambulancia fue enviada de inmediato a su domicilio.

El personal de emergencia, al atender a la menor, procedieron a colocarle un tubo traqueal para el que el oxígeno llegara de nuevo a sus pulmones. Pero, en vez de ponerlo en la tráquea, lo conectaron al esófago. Ello, según la investigación, disminuyó aún más sus posibilidades de supervivencia. 

Finalmente, cuando llegó al hospital, la pequeña Mia estaba en muerte cerebral, por lo que los padres tuvieron que tomar la difícil decisión de desconectarla. Los padres ahora consideran tomar acciones legales contra los servicios de emergencia y el hospital. 

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