Antes de saber el nombre de la patología que aquejaba al pequeño, su madre lo llevó a la consulta de la ONG 'Cirujanos del mundo', en Uganda.

Gracias a la intervención que se ha llevado a cabo en Lugo, ahora Ámbros con ocho años se recupera satisfactoriamente y en dos meses se reencontrará con su familia en Uganda.

Una madre coraje

Antes de que el grupo de especialistas solicitasen el traslado del niño a Lugo para que fuese operado, su madre no se rindió y lo alimentó durante años con una jeringuilla, a través de la cuenca del ojo.

Ingresado desde diciembre, tan sólo le falta colocarle un ojo de cristal y unos pequeños retoques para que regrese con una gran sonrisa a Uganda.

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