En un ataúd y con su certificado de defunción. Éstas son las características de las muñecas que colecciona Ángela López, una joven de 27 años natural de Peñafiel. Son las llamadas muñecas muertas.

Son juguetes entre candorosos y fantasmagóricos sólo aptos para mayores de 15 años, con una peculiaridad, las muñecas tienen detrás un suceso real. A Ángela le parecen muy curiosos e incluso, algunos modelos, preciosos.

Tiene una amplia colección repartida por toda su casa. En total 20 muñecas. Su interés por ellas comenzó hace dos años. «Las descubrí por eBay, vi un modelo muy bonito que acababa de llegar a España días antes, y no dudé en comprarlo».

Esa muñeca, con grandes alas y melena negra, que murió en una tormenta, es su preferida.

Desde entonces compra los modelos que más la gustan, aunque algunos no son fáciles de adquirir. Y es que hay gran variedad que va desde lo gótico a lo gore. «Personalmente me quedo con lo gótico, no me gustan las que son demasiado sangrientas».

Además salen por series y hay hasta ediciones especiales, como las de porcelana. «En mi pequeña colección tengo alguna de porcelana que compré por Internet desde California». Más allá de la Red, en algunas tiendas de cómic las venden, aunque es muy raro encontrarlas.

Con ella es fácil acertar. «Aprovecho cumpleaños o navidades para que mis seres queridos me regalen alguna nueva», que de media cuestan 30 euros.

«Todos llevamos un friki dentro» reconoce Ángela, pero dice que no deja de ser un hobby como otro cualquiera. Se entretiene haciendo sesiones de fotos con escenarios, y la gusta enseñar su colección a todo el que la quiera ver.

Es un mundo aparte.

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