Ayudan a los que no tienen nada ni a nadie. A cambio reciben afecto, esperanza y motivación, así se podría definir al Casal de la Pau, lleva más de 35 años dando apoyo a personas que han estado en la cárcel y a reclusos que se encuentran en fase terminal.

Desde el Casal de la Pau explicaron a 20 minutos que para este último caso reciben a personas de todo el territorio español, en su mayoría son portadores del VIH e incluso padecen cáncer. Tienen diez camas para ellos. A todos ellos les dan cuidados especiales ya no sólo por parte del servicio de enfermería si no por los propios exreclusos que les ayudan a comer y están pendientes de ellos como si fueran una familia.

Las personas que tienen permisos penitenciarios pero que no tienen a nadie con quien disfrutarlos son derivados al Casal de la Pau. Para ellos disponen de 12 camas. Además hay gente que ya ha salido de la prisión a los que también ayudan, como es el caso de Julio, hace un mes que llegó al Casal y a parte de estar en la cárcel estuvo quince años viviendo en la calle, ahora hace algún trabajillo de montaje y consigue ganar ocho euros a la semana para tabaco.

Como señaló la subdirectora del centro, Begoña Careaga, “nuestro trabajo es darles la posibilidad a que encuentren un vínculo para que sean capaces de dar un paso adelante ya que muchos de ellos salen de la cárcel muy resentidos”.

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