Toda su vida ha sido enfermera. Ha vivido para ayudar a los demás. Llegó de un pueblecito de León hace muchos años. Trabajó en varios sitios pero desde hace ocho vive entregada a sus «ancianitos» del asilo Ntra. Sra. de la Consolación, del que es directora.

Es la madre Elvira Omaña Méndez, que desde el lunes será una trianera más allá donde vaya. Porque la Velá le concederá el premio Hija Adoptiva de Triana en reconocimiento a sus años al servicio de las personas mayores del barrio.

«El premio se lo debo al barrio. Llegué hace ocho años y desde que puse el pie aquí me he sentido como en casa porque la gente es genial. Generosa, muy cercana y cariñosa».

¿Su filosofía de trabajo? «Que los ancianos se encuentren siempre cómodos, a gusto, que sean felices. Y que a las hermanas nos sientan cercanas. Somos una gran familia». 22 personas y 40 voluntarios trabajan con ella.

Sus momentos más emotivos son dos citas importantes en el barrio: «La Cabalgata de Reyes, que sale de aquí, y la Cruz de Mayo».

Reformas

Gracias a su esfuerzo, el asilo, «que hace 8 años estaba hecho una pena», hoy está remodelado y da cabida a más ancianos. «Estaremos pagando las obras de reforma durante 28 años pero han merecido la pena», dice.

Paco es uno de los voluntarios del asilo y adora a la madre Elvira. “Le dan el premio porque hay gente que sabe reconocer a las buenas personas, y ella no hay duda que lo es. Es una monja excepcional. Inteligente, querida y respetada. Siempre tiene una sonrisa. Por eso vengo a ayudarlas en lo que pueda”, comenta.

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