La población recluso en Catalunya no para de crecer y ya roza la frontera récord de los 10.000 internos. De hecho, en estos momentos hay 9.845 presos para 8.800 plazas, es decir, hay 1.045 más de la capacidad de los centros penitenciarios catalanes.

Así lo refleja el último Butlletí Penitenciari, presentado ayer por el departament de Justícia. En un año, el número de presos ha aumentado un 4,78% y, según reveló la consellera, Montserrat Tura, este incremento se ha notado más en los últimos meses de mayo y junio.

El perfil mayoritario del delincuente que está entrando en las cárceles catalanes corresponde a un hombre, de nacionalidad española, de entre 31 y 40 años, y que ha sido condenado por haber cometido algún delito contra el patrimonio, especialmente, algún tipo de robo.

La consellera de Justícia explicó que, una de las causas de este incremento de internos, ha sido que hay más presos preventivos, en concreto, 182 más que el año pasado por estas fechas (hay un total de 2.230). A la luz de estos datos, Tura desmintió «los tópicos» sobre que las penas de cárcel no se cumplen e insistió en la dureza del Código Penal, ya que la media de condena que cumple un recluso en Catalunya es de ocho años y dos meses.

La entrada en funcionamiento este año de las prisiones de Lledoners y la de jóvenes de Quatre Camins debe ayudar a cubrir el déficit actual de plazas, aunque será «difícil» si continua subiendo así la población reclusa.