¿Quién no ha perdido el equilibro al bajar por una rampa del Albaicín o no ha echado de menos algo donde agarrarse? Las caídas y tropezones son una constante en las cuestas de este histórico barrio que atrae a todo el mundo aunque no facilita su acceso.

Por ese motivo, Urbanismo ha decidido introducir una serie de mejoras en el proyecto de remodelación de 23 calles de la zona albaicinera de San Pedro (en algunas vías, las obras ya han comenzado). Entre ellas, destacan la bandas centrales que se adecuarán en la calles peatonales para favorecer el tránsito de peatones, carritos de bebé, mayores, sillas de rueda, etc.

Además, se pondrán «barandillas en todas las que sea necesario», celebra la edil de Urbanismo Isabel Nieto, así como rodaduras laterales en las calles abiertas al tráfico para allanar el paso a los vehículos sin que el empedrado resulte deteriorado.

Los vecinos celebran estos cambios, aunque piden a Urbanismo que «la banda central no afecte a la estructura e imagen de las calles», en palabras del presidente de la asociación de vecinos del Bajo Albaicín, Manuel Navarro.

Las calles de San Pedro (Placeta Toqueros, Valenzuela, etc.) mantendrán el empedrado, que será sometido a un proceso de limpieza. Las piedras que no puedan recuperarse serán sustituidas por otras similares.

Alhóndiga y Santa Paula

Urbanismo también ha aprobado la reforma de Alhóndiga y Santa Paula. La primera, cuyo diseño «responde a un concepto enfocado al tráfico rodado», contará con aceras al mismo nivel de la calzada, «para avanzar en la peatonalización del centro».

Aún así, y por el momento, no se impedirá el paso de coches. En Santa Paula (primera fase), la obra será similar con aceras al mismo nivel y farolas fernandinas. Las tres reformas habrán terminado de cara a próxima Navidad.