Una mancha visible, de unos 60 metros cuadrados, se extiende desde hace más de un mes por la margen izquierda del río Pisuerga, a la altura de La Rosaleda.

Se trata de un vertido del colector que trae las aguas fecales del norte de la ciudad. Las obras de la nueva tubería han obligado a la empresa constructora a desviar los residuos de un punto a otro, pero la bomba que utilizan para ello no da a basto y se le han escapado buena parte, aquellos que han ido a parar al río.

«Hoy mismo (por ayer) se han comprometido a resolverlo», aseguró el alcalde. De hecho, los técnicos de la CHD y de Aguas de Valladolid ya han ido a comprobar el estado del vertido.

Hedor en la ribera

La mancha irá desapareciendo poco a poco y a penas habrá consecuencias, «salvo por el olor desagradable que hay en toda la zona», aseguró a 20 minutos Luis Ángel Largo, de Amigos del Pisuerga.

Practicar estos días el piragüismo será considerado deporte de riesgo, ya que a escasos 150 metros del vertido realizan sus actividades los dos clubes de la ciudad. Caerse de la embarcación y dar un trago de agua no sólo será desagradable, sino también peligroso.

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