El macrobotellón convocado para el sábado por la noche a través de Internet y SMS en la zona del Regajo de Béjar no se celebró. El Ayuntamiento de la ciudad valló el lugar y fueron enviados dispositivos policiales por si hubiera sido necesario intervenir, pero finalmente pocas personas se acercaron al lugar y la situación fue tranquila.

Según Cipriano González, alcalde de Béjar, "el objetivo era que no hubiese problemas para la familia afectada, ya que la obligación del Gobierno municipal era proteger la integridad física diseñando un sistema de seguridad que lo garantizara".

El alcalde afirmó que "desde el Ayuntamiento se mantuvieron contactos con la Delegación de Gobierno en Valladolid, la Subdelegación en Salamanca, la policía y la abogada que ha llevado el caso y se hizo lo que se creyó que había que hacer. Se buscó la fórmula para evitar imprevistos desagradables y problemas, ya que se había decidido que no se celebrara el botellón allí".

Además del vallado de la zona del Regajo y de los dispositivos policiales, "se invitó a los jóvenes a acudir a las discotecas y a los bares del pueblo para que no tuvieran que subir al campo a beber, y tratamos de que los dueños de los bares mejoraran el servicio bajando el precio de las copas y mejorando su calidad", aseguró González.