Charlie, un niño de Essex, al este de Londres, nunca pensó que a sus 10 años un tatuaje de henna le iba a costar tan caro. Durante unas vacaciones con su familia en Turquía el joven quiso, como muchos a su edad, 'dibujar' una parte de su cuerpo como si de un tatuaje se tratara y los de henna, que desaparecen en pocos días, suelen ser los más solicitados.
El pequeño se hizo un tatuaje al comenzar las vacaciones y al poco tiempo lo amplió con otro más. Fue entonces cuando empezó a irritársele hasta el punto de que sufrió una erupción, como si de una quemadura se tratara, que le ha dejado una cicatriz tan grande como el tatuaje que se había hecho, que le ocupaba medio brazo.
Brazo afectado
Tras una exploración médica se determinó que el joven tendrá que permanecer en tratamiento durante varios meses y no podrá exponer al sol el brazo afectado, al menos, durante los dos próximos años. Los mismos especialistas temen que la marca pueda perdurar en su piel toda la vida.
El niño, en declaraciones a Daily Mail, asegura que la persona, una mujer, que se lo hizo tenía un puesto permanente donde tatuaba con henna a los veraneantes que por allí pasaban: "Sin embargo, el último día de vacaciones, cuando fui con amigo para enseñarle dónde me lo había hecho y hacerme otro más, el puesto seguía en el mismo lugar, pero la mujer que tatuaba era otra".
Casos similares
El niño perdió un mes de escuela por las heridas y por el dolor y escozor que le provoca la herida que le causó el tatuaje. Además, ha tenido que asistir al hospital hasta cuatro veces. El caso de Charlie recuerda al de varios jóvenes de Guadix (Granada), que en 2005 sufrieron quemaduras tras tatuarse con henna.
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