El servicio supone un bautismo en el mundo de la vela y permite iniciarse en las técnicas básicas de navegación. Por ello, una vez puesto el chaleco salvavidas, y ya encima del velero, Víctor Sarrià, el instructor, da a los cinco iniciados que van con él en el barco las intrucciones básicas para disfrutar de las dos horas de navegación (cuesta 26 euros y los tickets se adquieren en las oficinas de Turisme de Barcelona y en los hoteles).

 

Para muchos es su primera experiencia. Víctor afirma que hay mucha diferencia entre la vela y el motor. «A vela es sentimiento y comunicación con el mar». Una opinión que comparte la argentina Patricia Vilte, quien afirma que lo que más le ha gustado es el contacto con el agua. Armin, alemán, asegura no haber tenido tiempo para contemplar la vista «¡He tenido mucha faena con las velas!».

 

Bel Vargas, coordinadora de actividades, asegura que el único requisito es que el usuario se sepa aguantar en el agua. La actividad, que se hace durante el año para escuelas y particulares, está teniendo muy buena acogida entre los turistas. «Permite hacerla en familia y esto lo valoran» afirma Vargas.Una vez en puerto, la tripulación se toma una copa de cava para celebrar su bautismo de vela.