La Casa Azul: “En España se desprecia el directo que no sea bajo el típico esquema del pop-rock”

La Casa Azul
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¿Qué te llevó a enfocar/concebir en su momento La Casa Azul como proyecto en el que quien compone las canciones se esconde tras una banda ficticia? ¿Miedo escénico o gusto por la fantasía pop?

La conjunción de ambas. Realmente nunca me llegué a plantear otra cosa para La Casa Azul que no fuera algo así. Soy una persona tímida, que siente cierta incomodidad a la hora de mostrarse en público. Por otro lado soy fan de muchísimos grupos de finales de los 60 que realmente eran grupos de fantasía. Así que ¿qué mejor podía hacer?

¿Grupos clásicos como The Archies, The Monkees o 1910 Fruitgum Company han sido inspiración de La Casa Azul, además de en el plano estético, en el conceptual?

Pues no, realmente no creo, no. Siempre he sido muy fan de la explosión Bubblegum de finales de los 60. Siempre me ha hecho gracia, he sido gran coleccionista de rarezas y no sé, me interesa esa parte fantasiosa de eso grupos. Pero realmente podemos decir que esos eran grupos planteados con un objetivo claramente comercial y en un plano absolutamente mainstream. Serían más equivalentes a unos Aqua de hoy en día, y si mucho me apuras a unas Spice Girls o Lucky Twice por decir algo. Realmente sigo interesado en ese tipo de grupos hoy en día, aunque no resulten tan fascinantes ni estética ni musicalmente.

Siempre has expresado lo mucho que te cuesta enfrentarte al escenario, ¿La obligación de hacer cada vez más directos podría hacer que La Casa Azul dejara de ser algo divertido para ti?

Pues no me lo he planteado nunca, pero tengo muy claro que el día que eso suceda dejará de existir La Casa Azul, y como no quiero que eso suceda, pues no dejaré que tocar en directo me llegue a quemar. Por otro lado, la buena acogida del disco realmente no es un éxito para que uno se llegue a quemar... suelen ser momentos de más notoriedad por ciertas conjunciones astrales..., pero un día estás un poco más arriba y al día siguiente un poco más abajo. Así que lo único que puedo hacer yo es intentar obviar este tipo de cosas y centrarme en la música, que es lo que me hace feliz.

Para muchos fans de tu música, frente a los discos, los conciertos de La Casa Azul son poco más que anecdóticos, ¿No piensas que hay demasiada distancia entre la actitud amateur de tus conciertos y el acabado tan perfeccionista de los discos?

Bueno, hoy en día llevamos sobre el escenario 5 pantallas de plasma de 50", 7 ordenadores conectados en red, y elementos visuales y de sincornización con varios meses de duro trabajo. Dentro de las evidentes limitaciones presupuestarias que tiene un grupo como La Casa Azul, creo que es algo novedoso y, en cualquier caso, tecnológicamente profesional. Sé a lo que te refieres, pero creo que en cierta medida, el hecho de presentar una propuesta en directo que no se encuadre dentro del clásico concierto de pop-rock de banda de 5 músicos y con una actitud de estrella del rock, en este país, siempre será despreciado, aunque uno tuviera mil medios al alcance. Es algo que en algunos lugares, como Japón, no sucede. En la medida de mis posibilidades, dando por supuesto que será algo que de alguna manera hago por obligación, y manteniéndome fiel a mi forma de ser, y al carácter fantasioso y artificial del grupo, voy a intentar hacer que la gente disfrute en un espectáculo de La Casa Azul. Es que realmente es a lo único que aspiro: que estos conciertos sean una especie de reunión de fans que cantan y bailan sin hacer mucho caso de lo que pasa sobre el escenario. Me doy por satisfecho. ¿Qué más se puede pedir?

En tus conciertos siempre has preferido aparecer tú sólo... ¿Por qué?

La Casa Azul es un grupo de fantasía y fantasía es lo que tiene que haber encima del escenario. Ya tengo otros proyectos en los que apoyarme en una banda estándar. Pero no será el caso de La Casa Azul por el momento.

A nivel musical, La Casa Azul me parece un ejemplo claro de grupo que maneja un basto abanico de referencias musicales, guiños y citas que le son ajenas a la mayoría de su público. ¿Te preocupa que esas citas o referencias no sean comprendidas?

No estoy del todo de acuerdo, porque creo que gran parte del público de La Casa Azul tiene referencias musicales similares a las mías, aunque estéticamente no lo muestren. Pero en cualquier caso, eso realmente da igual, porque a mi me pueden gustar los Beatles, pero no el skiffle o el rhythm & blues. Y eso le puede pasar a algunas personas con La Casa Azul. Respecto a los guiños o citas, bueno, da un poco igual, porque a quien le interese y no conozca pues ya investigará, y a quien no le interese pues da igual porque las canciones se entienden igual.

Con este disco estás apareciendo en medios de comunicación generalistas, ¿notas diferencias en el trato, en las intenciones o intereses?

Suele haber diferencia porque está claro que un medio generalista habla de todo y no sólo de una cosa. Es como si un día lees en el periódico acerca del coleccionismo de caparazones de caracol o sobre el descubrimiento de un nuevo medicamento que bloquea ciertos enzimas. Te lo van contar con el tono de un profesor de primaria a sus alumnos. Está bien que sea así. Pero vamos, que muchos de los periodistas de medios generalistas son periodistas muy especializados. Es seguramente más el tono general que la intención de las preguntas. A veces resulta desengrasante huir del micromundo para hablar con cierta normalidad, naturalidad y sencillez sobre música.

Mucha gente se está haciendo eco con sorpresa de tu entrada en las listas oficiales de ventas. A la hora de componer las canciones, ¿tienes en cuenta aspectos como la radiabilidad o el potencial comercial de lo que haces?

Por supuesto que no. ¿Cómo voy a hacer eso? Bueno, si lo hiciera es que nada tendría sentido supongo. Como artista lo único que a mi me interesa es hacer las canciones que yo quiero hacer, de la manera y con el sonido que me apetezca cada vez. Eso es lo que debería definir a la escena independiente. Y, en el mundo maléficamente unificado en el que vivimos, esta es la única postura que tiene cierto sentido. Al menos para mí.

En cualquier caso, ¿esperabais, tú y el sello, esta reacción mediática, o está sobrepasando vuestras mejores expectativas?

Todo esto es algo que a mí me preocupa poco o nada, pero que en cualquier caso es fruto básicamente, del duro, constante y enérgico trabajo de Elefant Records, mi sello discográfico, al que le tengo que agradecer todo el camino que me abre día a día para poder seguir haciendo lo que me da la gana. Y este tipo de cosas, aunque suelan ser pasajeras, ayudan a que lo pueda seguir haciendo.

En "La Revolución Sexual" percibo un cambio de tono en los textos, una óptica algo más adulta. ¿Estás de acuerdo? ¿Ha sido algo intencionado?

No sé si estoy del todo de acuerdo. Hay un claro cambio temático respecto al disco anterior porque el disco anterior hablaba básicamente de relaciones amorosas y este no. Esa es la gran diferencia. Pero el tono y el tipo de lenguaje me resultan similares yo creo. Lo que pasa es que quizás se asocia hablar de amor a la adolescnecia y hablar de la ansiedad a algo más adulto. Pero creo que eso es fruto del cliché clásico, aunque equivocadísimo, de asociar las cosas simples, alegres y sentimentales a inmadurez, y difíciles, tristes o adictivas a madurez.

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