No es fácil convivir con una enfermedad que, además es de por vida, la nueva presidenta de la Asociación Española de Hepatitis C, Pilar Escrich, explica su experiencia y la ayuda que ofrecen.

¿Cómo se siente al ocupar este nuevo cargo?

La verdad es que muy bien. Estoy ilusionada de emprender un nuevo proyecto. Todos en la asociación tenemos nuestra función pero trabajamos por igual. Lo que nos une son las ganas de luchar y de ayudar a los demás para que no se derrumben.

La que ha sido durante diez años presidenta de la asociación, Amparo González, ha abandonado su cargo...

Ella no nos ha dejado, se va a encargar de supervisar proyectos. Ha sido una decisión muy personal pero nosotros la apoyamos en todo.

¿Cómo se vive teniendo hepatitis C ?

Cada caso es un mundo. Yo me di cuenta hace 25 años de que padecía esta enfermedad porque siempre estaba muy cansada, me sentía desganada. Conforme va pasando el tiempo, lo vas notando más.

¿Se puede disfrutar de una vida normal?

Puedes realizar muchas cosas, lo que está claro es que conforme te vas haciendo más mayor, el cuerpo y las defensas se van debilitando, pero de momento yo puedo trabajar y hacer vida normal. De los demás no puedo hablar, porque cada persona tiene unas defensas y el cuerpo reacciona diferente.

¿Qué labor realizan desde la asociación?

Hacemos campañas de información y de sensibilización. La gente que llega a la entidad es porque ya padece la enfermedad y quiere apoyo, tanto humano como psicológico que nosotros aportamos. Además ofrecemos talleres para que sepan afrontar la enfermedad.

¿Cómo vivió el caso Maeso?

Aunque lo viví desde la barrera, con mucha intensidad. Creo que se consiguieron algunos de los objetivos, como demostrar que Maeso tenía la enfermedad y fue una satisfacción moral enorme para todos.

¿Qué espera conseguir siendo la nueva presidenta?

Mi deseo es el de seguir creciendo como persona. Ahora que tengo más tiempo libre, dedicarlo a los demás. Recibo más de lo que doy y espero seguir así mucho tiempo.

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