«Se suprimirá la barrera del ferrocarril que divide la capital y pasará a convertirse en una ciudad sostenible mucho más compacta y mucho más plácida para el ciudadano», explicó.
Además no dudo en señalar que las ciudades que avanzan, ya sean grandes, medianas o pequeñas, «son las que miran al futuro y aprenden de su pasado».
El resto de ciudades que han vivido esta transformación han sido, según Rogers: París, Bogotá, Portland, Vancouver, Amsterdam, Friburgo (Alemania), Curitiba (Brasil), Londres, Bilbao y Pusán (Corea del Sur).
Un proyecto muy verde
Cuando Valladolid se transforme, 40.000 ciudadanos tendrán a menos de diez minutos a pie de su casa un gran parque.
Esta es una de las circunstancias que más destaca el ideólogo del proyecto que lo ve como una de las claves para convertir la ciudad en sostenible. «Asimismo debe existir un árbol a menos de 100 metros de cada vivienda, un banco a menos de 200 metros y un autobús, como mucho a 400».
Las vías en Argales
De las críticas recibidas porque sigue habiendo vías del tren en Argales, miembros de su equipo aclararon que no es una decisión tomada por ellos «sino un punto de partida al que estábamos obligados».
«Lo ideal hubiera sido soterrar la vías más metros, pero el problema no es crítico y la solución que se ha dado nos gusta mucho», indicaron.
La espina verde
Cohesión: La gran espina verde que recorrerá los nuevos barrios permitirá dar unidad a la ciudad y será un lugar de disfrute para los vecinos. En lugar de estar de espaldas a las vías del tren ahora vivirán de frente a la ciudad.
Seguridad: Al no ser los parques muy grandes serán más seguros.
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