Lola y Alexiane no saben aún lo afortunadas que son y lo feliz que han hecho a Francisco Clavijo.

A sus 93 años, ya le falla el corazón y ha perdido el oído, pero se emociona cuando las mira. Son sus tataranietas.

Los Clavijo se reunieron ayer en la iglesia de Santa Ana (Triana) para bautizar a las gemelas que nacieron en enero.

En total, unas 50 personas, entre sus bisabuelos (Francisca Clavijo y Manuel Ponce), abuelos (Isabel Ponce y Jean Luc Davin), padres (Christelle y Christophe Verbeeren), primos, tíos y amigos. Francisco tuvo que abandonar la iglesia porque sufrió un pequeño mareo.

Gran familia

Cuando crezcan sabrán que forman parte de una extensa familia repartida por dos países: España y Bélgica.

El patriarca (tractorista de Carmona) se casó con Isabel Alé Marín y tuvo nueve hijos, dos ya fallecidos. Todos viven en la provincia, salvo su bisabuela Francisca, que con Manuel y sus cuatro primeras hijas (Isabel –su abuela–, Encarnación, Carmen y Rosario) emigró a Bélgica en los años 60 del siglo pasado.

Allí se asentaron y tuvieron otras cuatro hijas: Fabiola, Pepi, Paqui y Manuela. Todas viven en Bélgica pero no han perdido sus raíces. Tampoco han dejado que sus hijos las pierdan y vuelven a Sevilla con asiduidad.

Con ellas pasará lo mismo porque de eso se encargarán sus familiares del sur de España.

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