La inmigración ha elevado por noveno año consecutivo la media de hijos por mujer en Catalunya. El año pasado se situó en 1,486 (como en 1985) frente a los 1,387 de la media española. Lejos quedan los 2,86 hijos por mujer (1975).

En la última década, la fertilidad ha aumentado, de manera que el año pasado se registraron 83.935 nacimientos en Catalunya. Pero la cantidad no es suficiente para garantizar el relevo generacional, de manera que cada fémina debería tener 2,1 descendientes.

La mejora en la natalidad permitió un crecimiento vegetativo de 23.410 personas. Sería menor de no ser por la ayuda de la inmigración. El colectivo suma un 15% de la población, pero supone un 25% de los nacimientos.

Catalunya, con tener unas cifras bajas, tiene el tercer mejor índice de España, tras Murcia y Andalucía (excluyendo a Ceuta y Melilla). Galicia, Castilla-León, Asturias y Cantabria, con baja natalidad, pierden población. La tasa de mortalidad en Catalunya se sitúa en el 11,71 por mil y el de mortalidad, en el 8,45.

Catalunya se sitúa en cabeza en España en la parte media-alta dentro de la UE a 27 miembros, con datos de 2006. Quedaría en novena posición, entre Estonia y Chipre, por debajo de Francia e Irlanda (con dos hijos por mujer, los países más fecundos) y por encima de Eslovaquia y Polonia.

Los manuales de economía asocian natalidad y prosperidad. Por eso, 2008 sea quizá un año de inflexión tras una década. Máxime cuando la crisis afecta a los inmigrantes, el grupo que más ha contribuido a animar las maternidades y los colegios.