Coronillas repeinadas. Trajes formales, oscuros o blancos, siluetas estrechas y pajaritas. La pasarela masculina de Milán echó el cierre este miércoles tras desterrar definitivamente el desaliño que reinó en otras ediciones.

Los grandes diseñadores parecen coincidir en cómo será el hombre que protagonizará el verano de 2009: elegante y de corte impecable. Y algunos de ellos, como Donatella Versace, desvelan incluso sus referencias: el look pulcro del candidato demócrata estadounidense, Barack Obama.

Solo la inglesa Vivienne Westwood con sus modelos agitanados, o el plástico acharolado de las prendas de Belstaff pusieron la nota transgresora en unos desfiles de signo conservador.

Sí hubo, sin embargo, pequeñas concesiones a la provocación. Giorgio Armani rebajó la sobriedad de sus creaciones con detalles orientales y materiales como el shantung, y Calvin Klain pintó sus trajes de fucsia y fluorescencia.

Para el chapuzón estival, DSquared2 recuperó uno de los clásicos de los setenta, el bañador tipo slip que, en sus manos, pierde tela en aras de la exhibición del cuerpo perfecto.