Carla Bruni no hará más conciertos hasta que Sarkozy deje de ser presidente

  • "Mi marido no se corresponde con la idea que yo tenía de los políticos conservadores", ha dicho la modelo y esposa del dirigente francés.
  • "Soy una mujer moderna, pero las tradiciones no son modernas", ha declarado al periódico francés 'Libération'.
  • No critica la política de inmigración de Sarkozy "por miedo a ser nula".
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni Sarkozy, a su llegada hoy a la edición anual de la Fiesta de la Música, celebrada en el patio del Palacio Elíseo, en París.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni Sarkozy, a su llegada hoy a la edición anual de la Fiesta de la Música, celebrada en el patio del Palacio Elíseo, en París.
EFE
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni Sarkozy, a su llegada hoy a la edición anual de la Fiesta de la Música, celebrada en el patio del Palacio Elíseo, en París.

La primera dama francesa, Carla Bruni-Sarkozy, se define como "epidérmica" de izquierdas, aunque votaría a su marido si se volviera a presentar, según revela en una entrevista que hoy publica el diario Libération.

Mis reflejos epidérmicos son de izquieda

"Mis reflejos epidérmicos son de izquierdas. No es una ideología ni un sistema. No soy una militante, nunca lo he sido.

Creo que las personas que están completamente de un lado o del otro no piensan con una parte de su cerebro", afirma la ex modelo y cantante Carla Bruni.

Deseosa de "hacer algo" para reducir la distancia entre la derecha que representa su marido y el mundo de la cultura, Carla Bruni-Sarkozy cree que "hay gente extremadamente cultivada de derechas y, sin duda, ignorantes de izquierdas". "Yo soy de estos últimos, de los ignorantes", dice.

"Sistema falocrático"

"Quizá pueda ayudarle (al presidente) a comunicar mejor las cosas que quiere, para dar un mayor espacio a la cultura", asegura. La primera dama pretende respetar la tradición de su función y, al tiempo, darle un toque de modernidad, porque si sus deberes fueran "exclusivamente los de una esposa" sería "un sistema falocrático". "La tradición es representar a las mujeres francesas, a los franceses, a Francia.

Soy una mujer moderna, pero las tradiciones no son modernas", asegura Carla, que no osaría "hacer cosas que chocaran a la gente".

De la rival de su marido en las pasadas Presidenciales, la socialista Ségolène Royal, la primera dama afirma que no le gusta "su voz" porque no le dice "nada", pero confiesa admirar "que una mujer sea candidata". "¿Aprecio sus ideas? Sería preciso que las dijera", asegura.

Contra la política de inmigración

Ferviente opositora del proyecto de obligar a someter a test de ADN a los inmigrantes candidatos a la entrada en Francia por reagrupamiento familiar, la esposa del presidente se niega a criticar la política de inmigración del Gobierno de su marido, "no por no perjudicarle, sino por miedo a ser una nulidad".

"Creo que es trágico ser reconducido a la frontera cuando se busca una tierra de asilo, un lugar para reconstruir su vida. Pero es extremadamente complejo legislar sobre inmigración", afirma.

Aunque asegura haber solicitado la ciudadanía francesa hace pocos meses, porque antes no sintió necesidad de hacerlo, Carla Bruni-Sarkozy se considera "simbólicamente francesa".

A los franceses los define como "un pueblo bastante nostálgico, muy literario y también bastante poco musical". Bruni-Sarkozy reconoce que el encuentro con su actual marido le hizo entrar "en un mundo completamente desconocido, el mundo de la gente conservadora", que se vio sorprendida por la llegada "de una mujer que no era francesa, no estaba casada, era libre de ser quien era y tenía un hijo".

"Mi marido no es conservador"

"Mi marido no ser corresponde con la idea que yo tenía de los conservadores. No es en absoluto conservador. No se corresponde con una parte de las personas que componen su partido", asegura.

La primera dama dice no ser consciente de que su llegada al Elíseo ha supuesto un cambio en la imagen de su marido, más sobria y presidencialista que en los primeros meses de mandato, ni de que eso forme parte de una estrategia de comunicación ante la caída en los sondeos del jefe del Estado.

"Si la opinión es una cosa de superficie, sí, puedo ayudar. Si es una cosa de fondo no. Por el momento no hago nada de fondo. Si algún día lo hago espero que sea para ayudar a la gente, no sólo por la imagen", dice.

No hará más conciertos

En cuanto a su tercer disco, que será lanzado el próximo día 11, Carla Bruni afirma que al hacerlo se sumergió en su "núcleo íntimo", reconoce que algunas canciones fueron "desarrolladas" tras el encuentro con su marido pero que fueron escritas antes.

La primera dama no hará conciertos de promoción porque "entraña una estructura de seguridad que es chocante", pero volverá a los escenarios cuando su marido ya no sea presidente.

Controlando su estilo de vida

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ha controlado su ostentoso estilo de vida, según afirma Carla Bruni. Sarkozy se ha ganado el apodo de "presidente Bling-Bling", por su afición a las gafas de sol Ray-Ban y los relojes Rolex.

Bling-bling es un término del hip hop para definir un estilo de ostentación de la riqueza a través de joyas caras, en especial de oro y platino.

"El bling-bling, ¿eso serían los relojes, las gafas, etc? Tengo un gusto bastante austero", dijo Bruni en Libération. "Él es más sobrio. Esto es importante para alguien en su posición", agregó.

Sarkozy, de 53 años, se casó en febrero con la ex top model, de 40, ahora cantante pop, después de un polémico romance.

Los medios han aumentado la cobertura de Bruni, de cara al lanzamiento el próximo mes de su nuevo álbum, "Comme si de rien n'etait" en el que habla sobre sus amantes y hace cierta apología del uso de drogas.

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