Un párroco salmantino, de 84 años, doctor en Derecho Canónico por la Pontificia

  • En su segunda etapa universitaria ha obtenido un máster, una licenciatura y un doctorado por la Universidad Pontificia de Salamanca.
  • Durante cincuenta años ejerció de cura en el municipio salmantino de Lumbrales.
  • Espera "haber animado a muchos jubilados a seguir estudiando, porque cultivar la mente es algo fundamental a cualquier edad".
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Cumplió 84 años el pasado día 9, pero tras jubilarse hace siete,
Ricardo García, un párroco que pasó sus cincuenta años de cura destinado en Salamanca, comenzó una segunda etapa universitaria que le ha llevado a obtener un máster, una licenciatura y ahora un
doctorado en Derecho Canónico.

Con la defensa ayer de su tesis, una disertación de 850 páginas sobre el primer concilio provincial de Valladolid (1887), este párroco salmantino culmina siete años de estudio que empezó con la intención de formarse y acaba esperando servir de ejemplo a sus coetáneos, ha explicado hoy el religioso en una entrevista con EFE.

"Empecé porque, tras jubilarme, me encontraba bien de salud y de mente y me apetecía formarme, y ahora que he terminado espero haber animado a muchos jubilados a seguir estudiando, porque cultivar la mente es algo fundamental a cualquier edad", ha afirmado García, que ha conseguido doctorarse con sobresaliente en la Universidad Pontificia de Salamanca .

El clérigo, que en este tiempo ha cursado un Máster en Gerontología por la Universidad de Salamanca , se ha licenciado en Derecho Canónico por la Pontificia y se ha doctorado en esta misma universidad, reconoce haber disfrutado "enormemente" de su segunda etapa universitaria, pues, a su juicio, siendo jubilado se tienen menos preocupaciones y el estudio se puede disfrutar más.

Además, parece haberse adaptado sin problemas a las costumbres de los universitarios de hoy en día, ya que, según confiesa, era habitual verle haciendo 'botellón' tras las jornadas de estudio con sus compañeros, a los que echaba una mano con el latín y de los que recibía ayuda con la informática.

No obstante, el cura, que ha sido el alumno más mayor de sus dos últimas universidades, reconoce que para estudiar a su edad es necesario ser "humilde" y olvidar todos los logros obtenidos en la vida.

"Para poder hacer esto, hay que olvidarse del prestigio y el poder que haya podido tener uno y convertirse en uno más, ya que de lo contrario, se puede pasar muy mal", cuenta.

Cincuenta años de cura en Lumbrales

Entre esos logros del religioso, que ha pasado sus cincuenta años de cura encargado de la feligresía de Lumbrales, un municipio salmantino de unos 2.000 habitantes, figuran haber fundado en la localidad una academia de enseñanza libre, una residencia de estudiantes, un centro de formación e incluso un cine.

"Mi camino no era el de los doctos que ocupan altos cargos, algo muy corriente en aquellos tiempos, sino el de dedicarme al pueblo sencillo, a la gente humilde, y a ello enfoqué mi carrera", cuenta el cura, que antes de párroco quiso ser maestro, pero al que la vocación le vino cuando tenía trece años.

Su objetivo al llegar a Lumbrales, en 1952, fue, explica, "romper dos muros: el de la ignorancia y el analfabetismo, y el de la tremenda división entre ricos y pobres que existía entonces".

Ahora, tras haberse doctorado, licenciado y cursado un máster, el párroco se muestra dispuesto a seguir estudiando.

"Primero tengo que acabar todo lo del doctorado, pero más adelante, quién sabe... Nunca es tarde para hacerlo"

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