Álvaro Iglesias, alias Nanysex, corre un alto riesgo de reincidir en el abuso de bebés. Así lo explicaron ayer, en la tercera jornada del juicio que se celebra en Madrid contra el pederasta que se hacía pasar por canguro para captar a sus víctimas, los forenses que lo han examinado.

Y puede reincidir porque es un «delincuente enfermo»; padece una parafilia pedófila de tipo fijo-invariable; «sólo» se siente atraído por niños menores de 5 años, de su mismo sexo; empezó a tener relaciones pedófilas a los 13 años y porque, aunque antes de ser detenido en Murcia en mayo de 2005 se sintió culpable y estuvo medicándose, abandonó el tratamiento.

Los dos forenses que han estudiado al pederasta aseguran que Nanysex necesita control y seguimiento antes de ser reinsertado sin peligro en la sociedad.

Algo similar le ocurre a otro de los detenidos en la operación Kora, Eduardo S. M., de 26 años. En opinión de los médicos, él se siente atraído por niños de 7 a 10 años porque «le tiene miedo al sexo» y los ve «imberbes».

Intentan quemarlo

Presidiarios de Alcalá Meco (Madrid) intentaron incendiar en la noche del martes la celda de Nanysex, según explicó ayer su abogado, Manuel Maza. Instituciones Penitenciarias lo desmiente.

«Rompieron los cristales de su celda para arrojar una toalla en llamas», dijo el abogado de Nanysex. Maza pidió al tribunal garantías de seguridad para su cliente, que está, aclaró, levemente herido.

Además, el letrado contó que Nanysex fue agredido por los presos, en su mayoría de etnia gitana, que le acompañaron en el furgón de camino a la cárcel. También recordó el puñetazo que recibió su defendido el martes por parte del padre de uno de los niños de los que abusó el pederasta, después de que Nanysex admitiera que había abusado de cinco menores de 1 a 5 años entre 2002 y 2004 en Murcia y Madrid.