Carmen París: "El ego lo tengo tranquilico"

  • "Me he quitado las rastas y ahora estoy en mi ser natural".
  • "No sólo se es moderno cuando uno hace 'rock and roll'".
  • "Me da mucha vergüenza eso de tener un club de fans".
Carmen París, fotografiada para su nuevo disco, 'Incubando'.
Carmen París, fotografiada para su nuevo disco, 'Incubando'.
ISAAC MORELL
Carmen París, fotografiada para su nuevo disco, 'Incubando'.
Cuba ha inspirado esta vez a la aragonesa más moderna de la música.
Carmen París presenta hoy en en el
Teatro Häagen-Dazs Calderón de Madrid las jotas reconvertidas
y sus otros ritmos del momento, todos agrupados en su tercer disco,
InCubando. Confiesa que aún no ha pisado la Expo de su Zaragoza querida, pero está encantada con que hayan puesto "decente" el Ebro.
Las ventas de su disco van bastante bien.

Sí, ahí me mantengo, en la lista esa de los que venden algo. Hoy en día, no es de los que venden mucho, sino de los que venden algo (Risas). Estoy contenta.


¿Cree que el toque cubano ha gustado?

Creo que ha sorprendido la manera en la que lo he enfocado. Ya ha habido otras propuestas de otros artistas que han estado en Cuba o que han hecho alguna versión, pero yo lo he hecho desde mi punto de vista personal, que es lo que aporto de diferente.


¿Es de las que se ha enamorado para siempre de la isla?

Cuba, Brasil o Uruguay, me parecen un paraíso para un músico
Ya estaba enamorada desde hacía tiempo y era una influencia en mi música. Pero ahora, al haber estado allí, he conocido mejor su realidad. Tanto Cuba como Brasil o Uruguay, que son tres países que ya he conocido, me parecen un paraíso para un músico, porque recibes inspiración constantemente. La luz que tienen, las situaciones que se dan allí, que son tan tristes y lamentables, de tanto deterioro...


Su imagen también ha pegado un cambio, es más sofisticada.

(Risas) ¿Tú crees? En los discos anteriores me traían ropas de diseño caro, y en este, lo que llevo es una falda tradicional afgana y un top de ganchillo de los que venden a los turistas por ocho dólares en la feria artesana de La Habana. Son todo cosas de la tierra. Estoy contenta, porque hubo magia en una foto y quedó para la portada, aunque tuve que saltar como quince veces. Salgo más libre, me he quitado las rastas y estoy en mi ser natural.


¿Desde que usted reinterpreta la jota es más universal?

Creo que la jota ya era universal, puesto que hay mucha gente que cuando la oye se emociona. Pero en el mundo de hoy, sobre todo en España, no valoramos mucho nuestra riqueza folclórica. Excepto el flamenco, el resto están esperando a que alguien les haga caso. Creo que he ayudado a darse cuenta a mucha gente de que a través de nuestras señas de identidad cultural, se puede ser moderno. No sólo se es moderno cuando uno hace rock and roll.
Es que lo regional no está muy bien considerado...

Se miraba despectivamente a la jota, y el hecho de que yo la tratase de esa manera ha hecho ver a la gente que todo es posible, que no solamente tiene que estar vinculada a lo casposo, a lo antiguo o lo religioso.


¿Es cierto que pronto tendrá un club de fans?

Sí, el otro día lo propusieron. Pero me da mucha vergüenza, nunca había imaginado algo así. Hombre, no les voy a prohibir que lo hagan, ni les voy a quitar la ilusión, pero no me veo yo teniendo un club de fans que me siga, qué cosa más rara…


Usted ha hecho del medio ambiente una de sus banderas.

Tengo un proyecto para el año que viene, un abrazo de las mujeres al mar Mediterráneo
Sí, me parece lo más urgente. Tengo un proyecto grande para el año que viene, aunque quería haberlo hecho para la Expo, pero no he recibido el apoyo que requería. Es un abrazo de las mujeres al mar Mediterráneo. Un concierto de arte y ritual con el Consejo Internacional de las 13 abuelas indígenas, con las que contacté para esto. Ellas harían ceremonias de sanación de las aguas que se vertieran sobre el Ebro, con la presencia de distintos artistas. Me parece importante aunar las conciencias, y creo que la capacidad sanadora es más femenina.


¿Ha estado ya en la Expo de Zaragoza?

No me ha dado tiempo, estuve el otro día de pasada. He visto cosas por fuera, pero me han contado que la ribera del Ebro está estupenda, así que menos mal que nos han dejado el río decente, porque lo teníamos hecho un asco.


¿Qué tal lo de cantar con Auserón?

El cumplimiento de un antiguo sueño. Yo le he admirado desde que apareció en el panorama, pero nunca me había cruzado con él. Hasta hace un par de años en unas fiestas de El Pilar, que actuábamos en el mismo escenario y nos saludamos unos segundos. Y ahora, en este disco de una
maña en Cuba, le tenía que invitar, porque él fue el pionero, el primer aragonés que se fue para allá a investigar los sonidos de la isla. Además, somos del mismo barrio de Zaragoza.


¿Y el rap?

Ahí está la prueba. (Risas). Para mí es un ritmo y un recitado, y lo he intentado hacer más latino y más de acá, sin imitar tanto el estilo del
hip hop anglosajón.


Todo el que ha colaborado con usted, habla maravillas, ¿su ego se resiente?

(Risas). Mi ego está tan tranquilo, porque veo que si las cosas se hacen con amor, la gente lo percibe así. La autoestima la tengo alta gracias a eso, pero el ego está tranquilico.


¿Hay algún instrumento que no toque?

La percusión y el piano son mis herramientas principales para componer
Ya sólo toco el piano, aunque estuve un par de años con el violonchelo, otros dos con la guitarra, etc. La percusión y el piano son mis herramientas principales para componer.


Hoy canta en un teatro, ¿impresiona ver a tanta gente al otro lado?

Depende, para mí el aforo del Calderón es el ideal. Hasta mil personas son los aforos que más me gustan. Pero no me da miedo, el miedo escénico lo tengo cuando estreno algo o me acabo de aprender una letra, si no, no estaría en esto (Risas).


Pues hay quien dice que cuando el miedo se va…

Pues en muchas ocasiones lo tengo perdido (Risas); salgo a matar, como Pedro por su casa…
BIO. Carmen París nació en 1966 en Tarragona, pero se crió en Utebo, una localidad cercana a Zaragoza. Tiene una hermana y dos hermanos, aunque ninguno se dedica profesionalmente a la música. Sus músicos de Bilbao le llaman Carmentxu. Le gustan las músicas del mundo, pero también Concha Buika, Santi Ibarretxe, Eliseo Parra o María Toledo. Se enorgullece de pertenecer a ese nuevo grupo de "mujeres creadoras" que "al fin" están haciéndose un hueco en nuestro país. Le gusta leer sobre egiptología -ha estado tres veces allí- y culturas antiguas. Se enfada mucho "con la negación de la evidencia".
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