El Ayuntamiento ha realizado una serie de mediciones de los niveles de ruido emitidos por los autobuses urbanos de Rober y los camiones del servicio de recogida de basura de Inagra.

Todos ellos sobrepasaron con creces el tope permitido, según informó ayer el concejal de Medio Ambiente; Juan Antonio Mérida reconoció que los resultados eran «muy regulares», por lo que, además de enviárselos a los responsables de ambas empresas, el Ayuntamiento les ha recomendado que tengan en cuenta estos datos en el momento de renovar la flota: «Sobre todo, de cara a 2007, cuando estará elaborado el mapa de ruidos de la ciudad», añadió Mérida.

A esto se suma el manual de buenas prácticas que el Programa Municipal del Ruido recomienda a la plantilla de Inagra que aplique durante el servicio, «para evitar los molestos ruidos y garantizar el descanso de todos», dijo el edil.

Ésta es una de las actuaciones que el Consistorio lleva a cabo para hacer de la ciudad un espacio más tranquilo. En cuanto a las motos, en los 42 controles que se hicieron en abril  se inspeccionaron 290 motocicletas y ciclomotores, y el 4,5% de ellos presentaron problemas de escape libre, defectuoso o no homologado.

Por otra parte, se han instalado medidores en distintos puntos de la capital con el fin de elaborar el mapa de ruidos en colaboración con la Universidad de Granada.

Asimismo, el consejo ha puesto en marcha el teléfono del ruido, un procedimiento piloto por el que durante cuatro fines de semana un experto ha atendido a través del número de la Policía Local las denuncias por ruido en horario nocturno. En función de los resultados se mantendrá o no este servicio de forma permanente.

Rosario García. «Yo vivo en el camino de Ronda, y el ruido del tráfico es insoportable por los frenazos que pegan. Con este calor no podemos cerrar las ventanas, por lo que tenemos que poner el televisor a todo volumen porque si no, no se oye nada».

Abelardo González. «No me explico cómo los autobuses pueden hacer tantísimo ruido. Es de locos. Entre los autobuses, las obras, las motos y los bares es difícil encontrar un sitio tranquilo en el centro donde tomarse algo sin que a uno le dejen sordo».

Gloria Rivas. «El centro se ha convertido en un sitio en el que hay que hablar a voces. Desde mi punto de vista, lo peor son las motos, que cada vez que arrancan te dan un susto enorme por el ruido que hacen. Hay veces que ni tú mismo te escuchas».